12-11 Día Mundial de la Lucha contra la Obesidad
El 41% de los niños y adolescentes de Argentina sufren de obesidad o sobrepeso
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En el país, los menores consumen un 40% más de bebidas azucaradas, el doble de productos de pastelería y snacks; y el triple de golosinas respecto de los adultos.
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10 recomendaciones para abordar la problemática de la alimentación de manera integral en la familia.
Actualmente más de 3 mil millones de personas (casi el 40% de la población mundial) no pueden permitirse una alimentación saludable. Y los niños, niñas y adolescentes no son ajenos a este escenario.
“Al encontrarse en un periodo de crecimiento, durante la infancia los requerimientos nutricionales son mayores. Esto hace que deban incorporarse alimentos de calidad que permitan al organismo hacerse de los nutrientes necesarios. A este panorama se le suma la alta disponibilidad de alimentos procesados hipercalóricos, poco nutritivos, con alto contenido de grasas, azúcares y sal, que enfrenta a los chicos a un patrón alimentario rico en calorías y pobre en micronutrientes, como las vitaminas y los minerales”, explica la Lic. Rosana Maidana, especialista en nutrición pediátrica y miembro del equipo del Módulo de Nutrición Pediátrica de En Casa Córdoba (M.P. 4121)
En Argentina los datos de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud 2 (ENNyS 2) indican que el 41,1 % de los niños, niñas y adolescentes de entre 5 y 17 años presenta sobrepeso y obesidad en una proporción de 20,7% y 20,4% respectivamente, sin diferencias por nivel socioeconómico. En el caso del indicador de obesidad, arroja mayor prevalencia en varones respecto de las mujeres.
El relevamiento también evidencia que los menores consumen un 40% más de bebidas azucaradas, el doble de productos de pastelería y snacks, y el triple de golosinas respecto de los adultos. A su vez, el patrón alimentario es siempre menos saludable en los grupos de bajos ingresos.
“Los datos de consumo confirman que el patrón alimentario se encuentra lejos de las recomendaciones nutricionales saludables según la edad para permitir el óptimo crecimiento y desarrollo durante la infancia. Debemos promover un abordaje nutricional de manera familiar y logrando la incorporación de hábitos que sean sostenibles a lo largo del tiempo a través de la educación alimentaria. Los niños y niñas que comen de manera habitual en familia tienden a comer de manera más saludable, incluyendo más frutas, verduras y carbohidratos complejos en su alimentación, y evitando el picoteo entre horas. Pero, sobre todo, lo más importante de comer en familia es el ejemplo. Cuanto más pequeños, los niños sienten una especial admiración por todo lo que los padres hacen, por lo que, si nos ven comer algo, su actitud ante ese alimento será positiva”, comenta la especialista.
Durante la infancia y adolescencia se debe comer de todo, ya que cuanto mayor sea la variedad de alimentos que exista en la dieta, mayor es la posibilidad de que ésta sea equilibrada en relación a los nutrientes que se necesitan, puesto que comer sólo lo que gusta no garantiza un adecuado estado nutricional.
A raíz de ello, el equipo profesional de En Casa Córdoba ha elaborado una guía para que las familias dispongan de herramientas y recomendaciones sobre alimentación y nutrición que les ayuden a elaborar una alimentación variada, equilibrada y respetando las costumbres y gustos familiares.
Entre las pautas generales de esta guía se encuentran:
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Realizar 4 comidas principales: desayuno, almuerzo, merienda y cena.
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Evitar el picoteo entre comidas. Se pueden incluir colaciones (a media mañana y a media tarde).
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Respetar los horarios de cada comida.
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No llevar la fuente de comida a la mesa. Servir cada plato con su porción en la cocina.
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Evitar cocinar de más a menos que sea para guardar (frezar, refrigerar).
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Comer sentado en la mesa y no hacerlo de pie o mientras se realiza otra actividad.
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No recompensar los logros con comida.
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Beber entre 6-8 vasos de agua al día. Evitar gaseosas, jugos de fruta procesados y aguas saborizadas.
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Limitar el tiempo dedicado a actividades sedentarias, particularmente el tiempo que pasa frente a una pantalla (máximo 2 horas por día).
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Realizar actividad física programada de 2 a 3 veces por semana y mantenerse activo todos los días al menos 30 minutos con caminatas o juegos que requieran movimiento.
“Los cambios de hábito deben involucrar a toda la familia. De esta manera se hace sostenible. El niño o la niña no debe asociar que come de tal forma porque está enfermo. Los chicos y chicas no solo deben bajar de peso, sino que deben poder expresar todo su potencial de crecimiento y desarrollo a través de una adecuada alimentación. Para lograrlo, tanto ellos como sus familiares, deben conocer e incorporar herramientas y recomendaciones que les permitan elaborar una alimentación variada, equilibrada y personalizada, que respete gustos y costumbres familiares”, agrega la Lic. Maidana.
Acerca de En Casa
En Casa cuenta con más de 30 años de trayectoria en salud, con soluciones de internación domiciliaria y todas sus variantes de atención incluyendo alta complejidad, para pacientes lactantes, pediátricos y adultos con soporte nutricional, respiratorio, hidratación y antibioticoterapia domiciliaria, entre otros. La empresa tiene, dentro de sus desarrollos de medicina preventiva, las campañas anuales de vacunación antigripal y antineumocóccica en domicilios de familias y empresas, sumando desde este año la atención de nutrición infantil y próximamente un vacunatorio en la ciudad de Córdoba.
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