Rehabilitación preventiva en la Vejez: rompiendo mitos

Por Betina Llanes, Directora Médica del Centro de Rehabilitación de Los Pinos.

 

La rehabilitación integral preventiva en la vejez emerge como un pilar esencial para garantizar una calidad de vida óptima. A menudo, existe el mito de que la rehabilitación sólo es necesaria después de una lesión o enfermedad, pero la verdad es que puede ser preventiva y transformadora.

Contrario a la creencia común de que la vejez conlleva inevitablemente una disminución de la movilidad y la funcionalidad, la rehabilitación preventiva busca desafiar esta noción. Implementar programas de ejercicios adaptados y terapias específicas no solo fortalece el cuerpo, sino que también previene muchas condiciones asociadas con el envejecimiento, fomentando la independencia y la autonomía.

 

Las proyecciones hacia el año 2050 indicarían que el porcentaje de personas la población, convirtiendo a la Argentina en una economía envejecida. Dicho esto, en los últimos tiempos, se ha observado un notable crecimiento en la cantidad y la calidad de los hogares para las personas adultas así como en centros de rehabilitación en Argentina.

 

Este fenómeno se atribuye a un aumento en la conciencia social sobre la importancia de proporcionar atención adecuada a la población envejecida y a aquellos que requieren servicios de rehabilitación. El país ha experimentado avances significativos en la infraestructura de estos establecimientos, así como en la capacitación del personal para garantizar un cuidado más especializado. Este desarrollo refleja el compromiso de la sociedad argentina en acompañar a este sector de la sociedad proporcionando instalaciones que se ajusten a las necesidades cambiantes de la población.

 

Otro mito arraigado es que la vejez es sinónimo de soledad. Aquí es donde el acompañamiento juega un papel crucial. Se piensa erróneamente que las personas mayores prefieren la soledad, pero la realidad es que el apoyo emocional y social es esencial para su bienestar.

 

Acompañar no s solo estar presente físicamente, sino también emocionalmente. Rompamos la falsa creencia de que los adultos mayores no desean participar en la sociedad; al contrario, el acompañamiento activo contribuye significativamente a la calidad de vida. Facilita la conexión con otros, reduce la sensación de aislamiento y proporciona una red de apoyo vital.

 

Desafiar estos mitos es fundamental para fomentar una perspectiva más positiva y realista sobre la vejez. La rehabilitación integral preventiva y el acompañamiento no solo son medidas necesarias, sino que también representan un compromiso continuo con la vitalidad y la dignidad en la etapa dorada de la vida.

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