Una tradición milenaria que, en tiempos de estrés y ritmo acelerado, encuentra un nuevo lugar en la búsqueda de salud y equilibrio.
Buenos Aires, septiembre de 2025.- GAFAROV SPA, el primer y único spa y sauna ruso de Argentina, ubicado en Moreno 354, en el barrio de San Telmo, cuenta con la terapia tradicional del manojo de roble, una experiencia totalmente innovadora para la salud, típica de la cultura rusa..
El sauna no es solamente un espacio para relajarse. En muchas culturas es un verdadero ritual de salud que atraviesa generaciones. En Rusia, por ejemplo, existe una práctica ancestral que hoy empieza a ganar terreno en Argentina: el uso de manojos de ramas —conocidos como venik— durante las sesiones de vapor.
“Se trata de un conjunto de ramitas atadas, generalmente de árboles como abedul o roble, que se utilizan para masajes dentro del sauna. A simple vista puede parecer curioso, pero lo cierto es que esta tradición combina el poder del calor con las propiedades medicinales de las plantas”, dice Nadia Gafarov, fundadora de GAFAROV SPA.
En el caso del roble, las hojas son especialmente valoradas. Contienen taninos y aceites esenciales con efectos antiinflamatorios y cicatrizantes, ideales para quienes buscan no solo relajación sino también beneficios concretos para la piel y la circulación.
Los beneficios del manojo de roble
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Contribuye a normalizar la presión arterial
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Previene el avance de várices
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Reduce la sudoración excesiva
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Ayuda a calmar el sistema nervioso
El masaje con manojo no es agresivo: las hojas frondosas de roble absorben el sudor y reparten el calor de manera uniforme, generando un efecto relajante y revitalizador. A diferencia de lo que muchos imaginan, durante la vaporización las hojas se mantienen firmes, lo que permite un uso prolongado y eficaz.
La técnica puede realizarse con la ayuda de un especialista o de manera personal. En este último caso, se recomienda preparar el manojo antes de entrar al sauna: primero debe humedecerse en agua tibia o fría y reposar en una bolsa plástica durante 40 a 60 minutos. Luego, se sumerge en agua tibia por unos 10 minutos más para que las hojas recuperen flexibilidad y liberen sus propiedades. Una vez listo, se emplea para masajes suaves sobre la piel, potenciando la acción del calor y la transpiración.
Lejos de ser un simple accesorio, el manojo de roble representa una forma de integrar naturaleza y bienestar en un mismo ritual. Una tradición milenaria que, en tiempos de estrés y ritmo acelerado, encuentra un nuevo lugar en la búsqueda de salud y equilibrio.
En Buenos Aires, esta práctica ancestral comienza a difundirse gracias a propuestas como Gafarov Spa, el primer espacio de banya rusa del país. Allí, los manojos de roble se convierten en protagonistas de una experiencia que combina relajación, cultura y salud en el corazón de la ciudad.