El desembarco bonaerense de Farmacity puede precarizar aún más la situación de los trabajadores del rubro. ¿Qué impacto tendrá la llegada del Grupo que conducía el vicejefe de Gabinete?
Por Juan Manuel Rosón, desde Bahía Blanca
Voy mirando los numeritos en mi teléfono, que me marcan la hora, asegurándome de llegar puntual. Encontrar el timbre no me toma mucho y apenas tengo que esperar a que me atiendan, invitándome a pasar e indicándome, sonrisa mediante, el camino hacia la oficina de Martín Farías. Martín es el actual Secretario Adjunto del Sindicato de empleados de Farmacia de Bahía Blanca, y también, el secretario de Acción social de la CGT regional. Me saluda, en cuanto me ve, con un buen apretón y no llego a sacarme la campera, que ya me está ofreciendo asiento. Lo hacemos, los dos, uno de cada lado de su escritorio.
—¿Te molesta que grabe la entrevista?
Con una sonrisa tranquila y un gesto de su mano me da el sí, y sin más, arrancamos. Martín, empecemos por lo complicado ¿Qué significa el desembarco de Farmacity para las farmacias tradicionales? Martín asiente, dándome la razón. Y sí, es un tema complicado.
—Mirá, el desembarco de Farmacity significa, lisa y llanamente, una competencia desleal en contra de las farmacias tradicionales. La afecta, y te estoy hablando desde los convenios. Porque en los convenios de obra social los monopolios son obviamente superadores. Siempre ofrecen un poco más. Estamos hablando de las 18 empresas que más facturaron a nivel país en los últimos dos años. No se puede competir con Farmacity. En la provincia de Buenos Aires, las farmacias son de dueños farmacéuticos y de empresarios, y hemos puesto nuestro esfuerzo en mantener una competencia de forma leal, pero esto, esto sería superador.
Se entiende lo que Martín dice, y es inevitable, comenzar a pensar en los nombres responsables detrás de estas decisiones. Y en los posibles motivos, por supuesto. Uno de los socios fundadores de esta cadena es Mario Quintana, funcionario de cambiemos. ¿Pensás que existe un interés personal detrás del desembarco de esta cadena? Martín sube los brazos, acodándose sobre el escritorio, aclarándose la garganta. Y me doy cuenta que está que está a punto de decirme un par de verdades.
—Juan, claramente hay un conflicto de intereses en esta situación. No puede ser que un Sub Jefe de gobierno esté haciéndole juicio a la provincia de Buenos Aires porque no le permiten abrir Farmacity en la provincia. Y no solo en Buenos aires, está en juicio con otras dos provincias porque les regulan la entrada. Esto viene desde el 2012. Mario Quintana intentando lograr ingresar esta cadena sin éxito, porque hay, había, un intento de regulación. Ahora, en cambio, está aprovechando el momento. Y se ve, se ve claro que va a pasos acelerados en un tema que tiene que disponer Provincia, porque vale aclarar, es un tema federal, no puede ir a Nación en esto. Quintana aprovecha porque los jueces que hoy están en la Suprema Corte de la Nación eran los abogados que se presentaron en el 2012 con él, a denunciar a la provincia de Buenos Aires. Hoy, son jueces. Te digo más. El colegio de farmacéuticos les pidió que se excusaran, por que han trabajado en la empresa Farmacity ¿Conflicto de intereses? No sé qué más decirte.
La respuesta es frontal, y viene con pocos pelos en la lengua. Nos miramos los dos. Hay ciertas realidades innegables. Pero la entrevista tiene que seguir. Bajo la mirada, a mi libretita de notas. No. Ninguna pregunta viene fácil.
—¿Se han podido reunir con la gobernadora María Eugenia Vidal para tratar este tema?
Lo veo reclinarse sobre su asiento, ya, con una sonrisa.
—El rol de María Eugenia Vidal es lamentable. –Martín hace una pausa, dando peso a las palabras que acaba de soltar. —Desde el Colegio de Farmaceuticos están pidiéndole audiencia hace más de un año. Nunca se expidió, dijo que no le interesaba. Jamás habla del tema, no les da reunión, no los atiende. Se le ha pedido de muchas maneras, pero no sé, parece que existe una complicidad allí.
En un tema de salud tan importante, que la gobernadora no se expida, es como si no tocara un tema de seguridad, de educación. Son temas federales, y la gobernadora tiene que estar involucrada, y mucho más, en salud. Por lo menos tendría que darse cuenta que está favoreciendo a una empresa que, si esto sigue su curso, terminaría manejando toda la industria farmacéutica en la provincia, desactivando inevitablemente a las 4700 pymes; micro emprendimientos y profesionales farmacéuticos que con el desarrollo de su actividad, también dan trabajo. Empresarios que generan trabajo. El panorama no parece muy alentador. Y en una Provincia que viene recibiendo ya suficientes golpes bajos con respecto al creciente desempleo, hablar de 4700 pymes quedando fuera de juego, no es poca cosa. Y quiero quedarme en ese punto, porque es importante, así que, sin darle oportunidad a Martín para que pierda el ritmo, largo la siguiente pregunta.
—Uno de los argumentos escuchados es que Farmacity va a generar más puestos de trabajo. ¿Cuánto pensás que hay de cierto en esa afirmación?
—Farmacity no va a dar más trabajo. –Otra vez, la pausa, la afirmación contundente. –No lo va a dar Juan, por el sistema de atención que tiene, va a tener a sus empleados limitados y menos farmacéuticos. Es poner una farmacia en un Hipermercado. Terminan siendo cualquier cosa menos una actividad de salud. Te pongo el ejemplo de Bahía Blanca. En la ciudad actualmente tenemos alrededor de 1000 empleados de farmacia. Se calcula que por cada Farmacity que abre cierran, aproximadamente, 9 o 10 farmacias. Con estos números estamos hablando de 300 empleados en la calle. 300 familias. Porque supuestamente, en Bahía Blanca se podrían abrir 3 Farmacity.
Yo nunca fui un as de la matemática, pero la cuenta, está fácil. Y a quién le suma y a quién le resta, parece que también. Me queda una pregunta, que acabo de anotar sobre mi libreta. Un dato, nomás, para ampliar todos estos números que vienen cayendo tan pesados.
—Martín ¿Cuál es el cálculo que se hace para disponer las farmacias en función de la población y la distancia?
Y Martín, parece, tiene las mismas ganas que yo de no darle muchas más vueltas a la calesita.
—Hoy la ley te dice que las farmacias tienen que establecerse 1 cada 3000 habitantes, y además, guardar una distancia de 300 metros entre ellas. De esa manera, llegás a los barrios periféricos y también, a los pueblos. Este grupo económico se quiere instalar infringiendo la ley que todos cumplimos, en la localización que más les sea rentable a ellos.
Apago el grabador, un poquito frustrado. No suena justo, ni por asomo. El apretón de Martín, el de despedida, tiene la misma energía que el primero que me dio. Nos despedimos y no necesito esta vez, indicaciones para encontrar la salida. Miro los numeritos de mi teléfono, manía incurable de andar siempre contando el tiempo. Pero al menos, esta vez, no me preocupan tanto. No, los números de mi reloj no llegan, ni de cerca, a dejar el sabor amargo que me acaban de dejar los números que Martín me acaba de tirar encima, porque detrás de esos números, hay gente de carne y hueso.