Por Yael Crivisqui
De cara a un nuevo paro de mujeres, AGENCIA PACO URONDO dialogó con Mariana Montenegro, responsable política de “Muchachas Peronistas”, y con Lucia Toledo Milot, trabajadora en un call center, apoderada de SUTAT y Secretaria de Juventud en CGT Regional Córdoba.
AGENCIA PACO URONDO dialogó con Mariana Montenegro, responsable política de “Muchachas Peronistas”, profesora de Ciencias de la Educación y doctoranda en Ciencias Politicas (CEA), y Lucia Toledo Milot, trabajadora en un call center, apoderada de SUTAT, Secretaria de Juventud y Protección de la niñez en CGT Regional Córdoba. El tema: feminismo, peronismo y sindicalismo. “Queremos ser jóvenes que trabajamos para otras mujeres, porque creemos que la transformación viene de la mano de las mujeres ocupando lugares de poder”, coincidieron.
APU: Como feministas, trabajadoras y peronistas ¿Cuáles son las discusiones que están dando para adentro de su espacio y cuál es la línea de trabajo que se vienen planteando?
Mariana Montenegro: Muchachas peronistas surge por necesidad de revisar algunas prácticas y formas de construcción que teníamos algunas compañeras que habíamos ocupado espacios de conducción durante el kirchnerismo. Surge de debates, nuevos consensos, diálogos con otras fuerzas, especialmente con Unión Por Córdoba (Schiaretti), con la premisa fundamental de que el feminismo y el peronismo no son fuerzas antagónicas, sino que pueden retroalimentarse. Estas definiciones teníamos que plasmarla en organización política. Fue así que nos asumimos como grupo político de mujeres, es decir una alianza, que nos permita formarnos como cuadros políticos, pensarnos entre y con nosotras en las conducciones de un nuevo proceso histórico que tiene a las mujeres como protagonistas y a las más jóvenes como el motor y el lenguaje del futuro.
Esta postura también nos llevó a superar la lógica de los frentes o los colectivos feministas que no nos habían permitido llevar adelante el debate sobre el acceso del poder y las mujeres en la representación integral de la política. En síntesis, el rol de muchachas es fortalecer roles de jóvenes ligadas a diversos intereses y fortalecer así su capital político para conducir diversos ámbitos en donde nos desarrollamos como mujeres.
Por último, implicó nuevos aprendizajes para nosotras, como construir códigos entre nosotras, tender la mano a otra compañera, ser gentil, tener mente abierta, asumir riesgos y exposición, reconocer a las mujeres con más trayectoria y aliarnos con ellas; en definitiva, sentirnos parte de un proyecto político.Cuando hablamos de proyecto es porque creemos que es la lógica de construcción política prioritaria en momentos de crisis como la que vivimos, ¿no? Hablamos de visión y mirada a largo plazo y fundamentalmente de interpelar a una sociedad que está demandando transformaciones estructurales de la política como sistema y que viene de una estafa como lo es Cambiemos en la conducción de este país y de Córdoba Capital con (el radical) Mestre. Esta línea de trabajo es resultado del diálogo con las dirigentes justicialistas, sindicales y sociales con más trayectoria política. Nosotras aprendemos de ellas y queremos ser su continuidad generacional. Queremos ser jóvenes que trabajamos para otras mujeres, porque creemos que la transformación viene de la mano de las mujeres ocupando lugares de poder.
APU: Para dentro de sus fuerzas ¿cuesta disputar lugares de responsabilidad y de espacios de representación institucional? ¿Y en las centrales sindicales?
Lucia Toledo Milot: El problema de la participación de mujeres en los espacios políticos partidarios se da de igual manera en los sindicatos, y por ende en las Centrales Obreras como la CGT. La participación gremial o la afiliación en algunos casos puede llegar a ser igualitaria, o inclusive mayor por partes de las mujeres como en UEPC o en el gremio de los call center. Sin embargo, esto no se refleja en los cargos de representatividad. La representación sigue siendo mayoritariamente de hombres. Podríamos decir que a mayor jerarquía y posibilidad de tomas decisiones, la representación de las mujeres decrece. En las cuestiones sindicales hay diversidad de situaciones, tenemos sindicatos que están compuestos en su mayoría por mujeres pero los cargos de representatividad son ocupados por hombres. En cuanto a que cargos ocupamos las mujeres, pareciera que sólo pudiéramos ocupar secretarias de Género, o de la Mujer, o en algunos casos Juventud, Actas, Secretaria de Cultura. La C.G.T. Regional Córdoba por ejemplo tiene en su Comisión Directiva siete secretarias ocupadas por mujeres: Secretaría de Actas, Secretaria de la Mujer, Secretaría de Género y Diversidad, Secretaría de Adhesión gremial al paro del 8 de marzo.
Otras discusiones positivas se dan en relación a la posibilidad de que las mujeres tengamos mayor acceso a los lugares de decisión de las organizaciones sindicales que vienen con tradiciones de clave androcéntrica. También discusiones a lo que me refería anteriormente, la relación real entre afiliación y representación interna en los sindicatos, o sea esto de que hoy hay mayor filiación que representación detentada por las mujeres.
APU: ¿Estuvieron participando de las asambleas de Ni una Menos? ¿Cómo lo ven a dicho espacio?
MM: Fuimos activas en la primera asamblea en el 2015, cuando salimos a las calles más de 50 mil cordobesas, expresando uno de los consensos más fuertes que tiene hoy nuestra sociedad: “Paren de matarnos”. Algunas de nosotras presentamos en esta instancia un proyecto de ley que declarara la emergencia en materia de violencia de género a la legislatura de la provincia de Córdoba. Es decir, mostramos capacidad de dialogar con el Estado y fuerte movilización en las calles, esto es una característica fuerte en una provincia como la nuestra. Haciendo un balance, estos tres años de proceso de organización estuvieron atravesado por un crecimiento cuantitativo: se sumaron una o dos generaciones más al movimiento de mujeres, y también cualitativo: hoy tenemos más conciencia de nuestra fuerza y estamos decididas a expresarlo políticamente, esto es, decidir quién y cómo nos representan.
El crecimiento de la fuerza de las mujeres trasciende a la asamblea como espacio de representación. Las mujeres estamos irrumpiendo en los sindicatos, en los partidos políticos, en los escenarios de la música, en la televisión. La asamblea “Ni una Menos” fue perdiendo el objetivo en su capacidad de proponerle al Estado iniciativas y/o propuestas, además de no garantizar mecanismos democráticos de participación que tengan como premisa superior el diálogo entre sectores diversos. Ello se debe a que la asamblea Ni una Menos, en esta provincia, se convirtió en una herramienta usada por los partidos de izquierda para instalar sus agendas. Esto no implica desconocer a esos espacios que participan y creen fundamentalmente, en esto que decimos, la defensa del Estado y las políticas públicas como la herramienta que puede transformarles la vida a las mujeres. En momentos de crisis, hay que hacer más y escuchar más también. Creo que muchos sectores que participan en estos espacios, pueden confluir a futuro en la construcción de una Córdoba plural, progresista y federal. Para ello, es importante superar la lógica de la “orga” y animarnos a abrir espacios de diálogo con feministas que están presentes en el deporte, en la cultura, en la política, en la música, en el derecho.
APU: Si hablamos de feminización de la pobreza ¿Cómo viene Córdoba en este sentido?
LTM: Hay un gobierno que está trabajando en consenso con diversos sectores e inclusive de la oposición para garantizar que la crisis no afecte tanto a los cordobeses. Esto muchas veces, puede ser entendido o no… Nosotras lo consideramos urgente, superar los colores políticos y la lucha de egos, trabajar sobre la realidad del presente y consensuar alternativas de salida a este modelo económico. En este sentido, considero importante el diálogo de las jóvenes con la política y las centrales sindicales, asumiendo que debe ser central pensar en políticas de trabajo en la agenda de este año.
MM: Nosotras vemos con preocupación el crecimiento del desempleo, que castiga especialmente a las mujeres jóvenes. Como jóvenes, nos preocupa nuestro presente y también nuestro futuro. Nos desilusiona, porque no sabemos qué va a pasar mañana: si vamos a seguir con trabajo, si nos va alcanzar para pagar el alquiler o hasta inclusive para comer a fin de mes. Creo que estamos en un momento crítico con un presidente que no asume esta responsabilidad. Como generación, es importante la discusión sobre el trabajo, especialmente, en ese diálogo que refería Lucia, en donde observamos un mercado de trabajo que está transformándose con la inclusión de las nuevas tecnologías y que tiene a la juventud como destinataria, y por otro lado, el acceso de nuevas generaciones a ese mercado con nuevas demandas a los sindicatos. El desafío es importante y necesario.
APU: ¿Cómo ven la coyuntura local? ¿Tienen algún candidato de cara a las elecciones?
MM: Vemos que todavía persisten ciertas prácticas que han hecho mucho daño a la idea de movimiento ligado a un proyecto político en donde deben convivir diversas expresiones locales. Es momento para renovar ideas, ampliar la base de sustentación, integrar y formar a las nuevas generaciones. Pensar en las listas como resultado de la lucha de egos y expresando lo que la otra fuerza debería hacer, no es el camino. Confiamos en que la dirigencia interprete las demandas actuales y se anime a transformar y ampliar, eso es deber del peronismo en su conjunto.
Es momento de pensar en Córdoba y en sentirnos orgullosas de que desde esta provincia hemos generado condiciones para trabajar sobre el federalismo como principio político y construir consensos sobre gestos políticos que trasciende a un partido de gobierno. Esto también lo vemos en el movimiento de mujeres cordobés, que ha dado muestras de que los y las cordobeses/as sienten como priotarias a las políticas de las mujeres, no sólo porque es un movimiento que moviliza en las calles con mucha adhesión, sino también porque el feminismo ha crecido en su incidencia política. Un ejemplo de ello, es que los tres senadores por Córdoba votaron a favor del proyecto de ley de interrupción del embarazo, además de que desde esta provincia también se ha defendido con propuestas concretas el abordaje de la violencia de género, creándose por ejemplo, la diplomatura de acompañantes comunitarios en violencia de género, que forma parte de la ley de protección integral en violencia de género.
LMT: Esto mismo que estamos hablando sobre el federalismo, puede verse, no sólo en la fuerza política que en la actualidad nos gobierna, sino también, en sus centrales sindicales especialmente de la CGT. Creo que todxs tenemos un rol en esta coyuntura de construir unidad, pensarnos en conjunto sin perder de vista el tablero, a largo plazo, con confianza y fundamentalmente no olvidarnos de que gobernar exige lo mejor de nosotras, es decir, expresar ideas, sentimientos, demandas, reclamos de nuestra sociedad, que exige de la política nuevos mecanismos, nuevas formas de dialogar con los vecinos y garantizar bienestar en sus vidas cotidianas. En definitiva respetar al que se levanta todos los días a trabajar, generar trabajo al que no lo tiene, darles oportunidades a la juventud, acceso a la vivienda, contar con agua, luz y cloacas, etc.
MM: Nuestros candidatos son los que defina Unión Por Córdoba y estamos trabajando para que haya candidatas en las listas. Nuestra militancia y capital político va a ir a las mujeres en el 2019, queremos la unidad de las candidatas y la expresión política del feminismo.
APU: ¿Cómo se preparan para el paro general del 8M? ¿Habrá fuerte adhesión gremial?
MM: La preocupación de este año es la generación de trabajo, especialmente, en cómo está afectando la crisis a las mujeres más jóvenes, a la niñez y a la tercera edad. Es por eso que proponemos dialogar con otros sectores, con eje en el sindicalismo, la juventud y el feminismo. Porque entendemos que el feminismo puede fortalecer a los sindicatos, generando condiciones para la participación y la toma de decisiones de las mujeres, especialmente de las más jóvenes que, hoy, se asumen feministas y tienen cuestionamientos sobre ciertos mecanismos patriarcales que reproducen los sindicatos. Lejos de enojarnos con esa realidad, debemos escuchar y trabajar sobre eso, tenemos algunas propuestas que van en ese sentido. Algunas de ellas son fortalecer las secretarias de juventud de las centrales sindicales porque creemos en la unidad de las trabajadoras como objetivo supremo; la formación sindical de las más jóvenes e incluir y posicionar a las abogadas laboralistas. El diálogo de estos sectores, creemos va a fortalecer a nuestras dirigentas que están ocupando esos espacios hace muchos años y promover mas condiciones para la paridad. Para nosotras, ser una feminista implica reconocer ese trabajo y construir el contenido para darle continuidad.
LTM: Cada sindicato define la participación al paro del 8 de marzo de acuerdo a su realidad, de acuerdo a la fuerza gremial o las discusiones que se estén dando dentro de los espacios de conducción. No es fácil garantizar hoy un paro activo por más fuerza que tenga el sindicato, sabiendo el contexto económico en el que estamos donde la prioridad es conservar los puestos de trabajo. De todos modos cada sindicato está definiendo distintas actividades y acciones para conmemorar el 8 de Marzo. Los últimos tiempos las compañeras que ocupan cargos representativos en los sindicatos están llevando discusiones que denotan cierto cambio cultural al poner en cuestión el 8 de marzo como día de la mujer trabajadora, reconociendo su importancia para que el día de mañana sea posible garantizar un paro total activo. De todas maneras reitero que no es fácil llevar esta discusión porque no sólo cuesta que las compañeras afiliadas entiendan la importancia del 8 de marzo, sino que en algunos sindicatos ni siquiera se hace paro por cuestiones salariales. Lo que podemos decir, es que cada vez más sindicatos se suman a esta iniciativa y es con la voz de las dirigentas sindicales. Eso para las jóvenes es un ejemplo y nos llena de orgullo.