Compartimos su mirada, sus objetivos y su pastoral profundamente evangélica.
Damos testimonio del bien que realiza el Hogar de Cristo sobre los jóvenes que acompañan.
Frente a la difusión en redes sociales y medios de comunicación masiva de un video de la misa que la Familia Grande del Hogar de Cristo realizara en el santuario de Luján el pasado 10 de marzo de este año con motivo de celebrar los 11 años de su fundación, expresamos que:
• La celebración eucarística en la Basílica de Luján, casa de nuestra Madre y patrona del Pueblo Argentino, fue el cierre de una jornada de dos días en la cual participaron más de 3.000 personas provenientes de todas las provincias de nuestro País.
• Ellas representan a más de 170 centros barriales en los cuales, como Iglesia, acompañan a miles y miles de jóvenes con sus respectivas familias que se encuentran atravesados por la compleja problemática del consumo de drogas, consecuencia de la pobreza, abandono, exclusión y marginalidad con la cual convivimos diariamente.
• En los centros trabajan y colaboran más de 2.000 profesionales, voluntarios, religiosos, sacerdotes y cientos de jóvenes que han podido levantarse y ponerse al servicio de sus compañeros y familiares gracias a la contención y respaldo del Hogar, a quien consideran su Familia.
• Sabemos que trabajan “Cuerpo a Cuerpo” para que cada uno pueda reencontrarse con el sagrado valor de la vida, reconstruir su dignidad de Hijos de Dios que les fue negada, recuperar los vínculos familiares y generar amistades sólidas, volver a soñar con un proyecto y plan de vida que los haga más felices.
• La Virgen es presencia permanente de amor. En la Basílica la gran mayoría eran miembros de la Familia Grande del Hogar de Cristo. Pero también se encontraban peregrinos de distintos lugares que se conmovieron y agradecieron el testimonio y trabajo apostólico, dándoles fuerza y comprometiéndose a rezar por los frutos de este generoso apostolado.
• En la misa a la que tanto y tan distorsionadamente se hizo referencia, llevaron al altar junto con las ofrendas, las necesidades, padecimientos y sueños de cada uno. Allí, como cada día en los centros barriales, se descubren prójimos.
• Las banderas, verdaderos estandartes que reflejan un inquebrantable sentido de pertenencia, los representan.
• La canción que fervorosa y apasionadamente cantan es “La Vida como viene”, una de las premisas con las que el Papa Francisco iluminó esta labor.
• Los bombos que forman parte de las murgas de los Hogares son para ellos, y para nosotros, como corazones latiendo, que expresan desde lo más profundo, la alegría y agradecimiento a nuestra Madre que no juzga, sino que nos recibe bajo su maternal cobijo, y nos acerca a la misericordiosa presencia de su hijo Jesús.
Cualquiera que niegue o desconozca la manera en que Jesús y la Virgen sanan y reconcilian las fragilidades de nuestros jóvenes, y que no respete nuestra religiosidad y forma de expresarla, cae en un nuevo fariseísmo y puede convertirse en un hipócrita.
La misa no fue un acto político, no hubo representates de ningún espacio ni partido, son falsos los nombres de líderes, referentes y agrupaciones que han aparecido en las redes y comunicados.
Tampoco se trató de una profanación: la Eucaristía, como gesto sagrado de encuentro y comunión, es reflejo de que las familias que compartieron la misa conforman una comunidad católica, fraterna y generosa que se conmueve y organiza para hacer frente a la compleja realidad que vivimos los argentinos, de manera especial los que son excluidos y marginados; quien desconozca esta situación y realidad, debería acercarse y caminar las villas, barrios y periferias para comprender.
Repudiamos a algunos medios de comunicación masiva y redes sociales que replicaron las falsas críticas y acusaciones falaces sin chequear la información. Los invitamos a que conozcan la Familia Grande del Hogar de Cristo para que se sientan —como lo hace el Hogar de Cristo— afortunados de compartir este camino con nuestros hermanos.
No compartimos la actitud de aquellos que se creen dueños de la verdad, la piedad y la fe. Aquellos que construyendo muros quieren una Iglesia de elite, en donde se encorseten las manifestaciones de piedad popular, priorizando una liturgia de estricta observancia por sobre la manifestación afectiva y entrañable que el pueblo tiene con su Madre y con su Padre del cielo.
Somos conscientes de que se estaba difundiendo por las redes esta falsa información y tergiversando lo vivido. Solo un fariseo puede interpretar que esta misa fue un agravio a la Virgen o tuvo un tinte político.
Somos testigos del bien que hace una Iglesia que construye puentes y fomenta la cultura del encuentro. Creemos en el Dios de la Vida, de la Misericordia y de la Esperanza.
Con la confianza en que esta labor está inspirada por el Espíritu Santo, promovemos que el Hogar de Cristo siga peregrinando a Luján dándole gracias a nuestra Madre, la Madre de los humildes y marginados, y consagrándose a su maternal protección.
La homilía de monseñor Jorge García Cuerva, palabras del padre José María “Pepe” Di Paola y la consagración a la Virgen.