Allí, donde el muro, nació Jesús el palestino

Por Nadia Mayorquín

“El 2018 fue un año determinante para el pueblo palestino, principalmente porque se dio un reconocimiento unilateral, aunque ilegitimo, al nombrar a Jerusalén capital del Estado de Israel con el aval de los Estados Unidos de Norteamérica”.

Mohamed Al Azza (Director de la Unidad Audiovisual del Centro Lajee en el campo de refugiados de Aida)

 

La ciudad de Belén (en árabe: بيت لحم), es una ciudad palestina ubicada en la región conocida como Cisjordania, está situada a unos 9 km al sur de Jerusalén y enclavada en los montes de Judea, su población es mitad musulmana y la otra mitad cristiana, en su mayoría ortodoxos. El gobierno de Israel ha rodeado la ciudad de murallas y pasos de control, impidiendo el libre tránsito de los habitantes, restringiendo los intercambios comerciales, provocando una gran disminución del turismo, una de las principales fuentes de ingreso de la ciudad.

Belén hoy está reducida a 18 kilómetros cuadrados, el paisaje urbano se encuentra mayormente poblado por fuerzas de ocupación israelí, dentro de este muro y a largo de sus límites se hallan tres campos de refugiados palestinos, bloques de apartamentos construidos caóticamente donde a la distancia en los montes y colinas se pueden observar las colonias de ocupación sionista que crecen y se instalan brutalmente.

El 2018 fue un año determinante para el pueblo palestino, principalmente porque se dio un reconocimiento unilateral, aunque ilegitimo, al nombrar a Jerusalén capital del Estado de Israel con el aval de los Estados Unidos de Norteamérica.

 

¿Dónde nació Jesús “el palestino”?

Paradójicamente, el pueblo donde nació Jesús de Nazaret, es sin duda, el lugar más conflictivo en la faz de la tierra; sin dejar de ser al mismo tiempo el más emblemático e histórico de todos las épocas. Todos los 24 de diciembre en la mayor parte del mundo se recuerda el nacimiento “la navidad”, que representa desde la creencia cristiana el natalicio de Jesús el hombre que nació en Belén y  que a los 33 años fue juzgado y crucificado en Jerusalén.

La iglesia de la Natividad es hoy una fortaleza de piedra con paredes gruesas y fachada sin adornos. Ha sobrevivido dieciocho siglos, resistiendo conquistas persas, bizantinas, musulmanas, cruzadas católicas, a los imperios británicos y otomano. Hoy resiste al Estado de ocupación.

La entrada al templo es un agujero breve, así de discreto y humilde como lo sucedido en ese lugar. Al final de unas desgastadas gradas se encuentra una pequeña cueva con olor a incienso, en ese lugar rodeado de muros, campos de refugiados, aprisionada, allí según el relato nació el hombre de la estrella.

 

Belén entre muros

En la actualidad a muy pocos residentes de Belén se les permite salir, si lo hacen es para trabajar. Ellos se encuentran dentro de una jaula de metal, con un pasadizo para ganado, siempre en espera de que se les registre, se les tomen huellas y se les pase por el detector de metales.

El viernes 21 de diciembre del 2018, se realizó la marcha de retorno número 39, de acuerdo con la activista palestina Jaldía Abubakra “mucha gente no sabe que hay cristianos en Gaza”, de la misma manera como sucede en Siria, son pueblos donde predominan y conviven todas las religiones y creencias del mundo en armonía y con festividad a pesar de la guerra de la cual son víctima ambas naciones, a estos pueblos milenarios no los diferencia la religión, solo recuerdan cuando llega una fiesta de una religión u otra, y se felicitan en esa diversidad, el viernes pasado en la Franja de Gaza y en plena protestas se rindieron homenaje a los héroes palestinos, los llamados mártires de Cisjordania, cerca de Belén donde fue el nacimiento de Jesús él palestino.

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