Tinelli volvió, pero, a diferencia de otros años, con menos previa y expectativa. El formato que supo incendiar el rating, ahora se le escabulle a una competencia directa con Masterchef Celebrity. Marcelo era el mismo, en sus formas, en sus silencios cómplices y en sus chistes. Escarbaba la polémica con la misma precisión con la que se reía o maravillaba de las coreografías de los participantes. Pero, entonces, ¿qué cambió?