Osvaldo Bayer murió a los 91 años. Tuvo una intensa vida dedicada a bregar por un mundo mejor, sin opresión, violencias e injusticias. Puso su capacidad intelectual, sus saberes y sus talentos como escritor al servicio de las mayorías populares. Fue periodista, historiador, docente. Su labor estuvo centrada en el valor de la palabra y la transmisión. Su coherencia intransigente hizo que nunca antepusiera su lugar de autor individual frente al interés social y político de su obra.
Investigo y escribió con un profundo sentido político, tanto revisando la historia como interpelado cada presente. Las resistencias obreras, el genocidio de los pueblos originarios, la lucha de las mujeres, los crímenes de lesa humanidad y las restantes violencias estatales se tejen en su obra como una gran trama que nunca abandona la perspectiva de los oprimidos, quienes ocupan el centro de la historia y la esperanza emancipatoria de la humanidad.
Cercano a las ideas anarquistas, supo en cada tiempo interpelar al poder de turno y señalar las injusticias sin condicionamientos. Esto le valió la persecución política y el exilio.
Su coherencia y sus luchas lo constituyeron en un referente de las peleas por los derechos humanos, entendiéndolos como la construcción de un mundo sin injusticia y desigualdad. Por eso, su trayectoria marca el camino de las luchas de hoy y las por venir.
Los esfuerzos por impugnar el orden injusto de hoy, deben inscribirse en la larga historia que han amasado los pueblos. Allí están las marcas de su sufrimiento y también las huellas dejadas para guiar a las nuevas generaciones en los futuros posibles a crear.
Fue consultor académico de la CPM y lo reconocimos como maestro y compañero. Sus luchas nos iluminarán siempre.