El vicepresidente y ministro de Defensa del país africano, Awad Ibn Awf, anunció que las Fuerzas Armadas tomaron el poder y detuvieron al gobernante, quien llevaba 30 años en el poder.
Omar al Bashir ya no es presidente de Sudán. Este jueves ha sido detenido por el Ejército, según anunció el vicepresidente, el general Awad Ibn Awf, quien también informó que las Fuerzas Armadas toman el poder durante dos años y que suspenden la constitución. El general anunció la puesta en marcha de un consejo nacional de transición. Asimismo anunció varias medidas de emergencia, como el cierre del Aeropuerto Internacional de Jartum. Al Bashir permanece en el Palacio Presidencial bajo una intensa vigilancia militar, mientras decenas de miles de personas han salido a las calles de Jartum, la capital, para celebrar la caída del dictador que llevaba 30 años en el poder.
La jornada comenzó con el anuncio, por parte de los militares, de una “importante declaración” que mantuvo en vilo al país toda la mañana. Los rumores sobre la dimisión de Al Bashir comenzaron a circular de inmediato y decenas de miles de personas se echaron a las calles de Jartum y, en especial, a los alrededores del cuartel general de las Fuerzas Armadas, donde miles de manifestantes habían protagonizado una concentración desde el pasado sábado.
Los acontecimientos se iban produciendo a toda velocidad. A medida que se iba filtrando que el presidente sudanés estaba bajo arresto en su Palacio Presidencial, las celebraciones iban subiendo de intensidad. Varios soldados llevaron a cabo una redada en la sede del Movimiento Islámico, -un grupo que apoya a Al Bashir-, y procedieron a la detención de colaboradores del ex presidente. Además, la Agencia Nacional de Inteligencia y Seguridad (NISS) anunció la liberación de “todos los presos políticos” del país, decenas de los cuales comenzaron a abandonar las cárceles esta mañana.
Pese al llamamiento a respetar los bienes públicos por parte de los organizadores de las protestas, lo cierto es que en Port Sudan y Kassala, dos ciudades del este del país, grupos de ciudadanos atacaron sedes de la NISS provocando daños de diversa consideración.
Los promotores de las protestas que han conducido a la caída de Al Bashir se han mostrado muy críticos con la toma del poder por parte del Ejército, hecho que han calificado de “golpe conducido por el régimen para seguir en el poder”. En un comunicado de la Alianza para la Libertad y el Cambio, colectivo que reúne a partidos de oposición y grupos de la sociedad civil, aseguran que “presentan las mismas caras contra las que nuestra gente se rebeló” y hacen un llamamiento a “continuar con la sentada delante del cuartel general de las Fuerzas Armadas” en la capital, así como con las protestas en el resto del país. Este colectivo exige que el poder sea entregado a un gobierno civil de transición. “Los que destruyeron el país y mataron a nuestro pueblo intentan robar todas las gotas de sangre y sudor derramadas por el pueblo sudanés en su revolución”, añade el comunicado.