El Garrahan implementó por primera vez la terapia asistida con perros

La incorporación de animales adiestrados en los procesos de salud tiene un impacto positivo en la recuperación de los pacientes ya que reduce notablemente los niveles de ansiedad. Las sesiones iniciaron ayer y se realizarán cada 15 días en patios o salas de espera. La experiencia de Bella y Noah.

Bella es una Labradora Retriever de 20 meses de la Escuela de Perro Guía Argentino. Noah tiene 5 años, recibió un trasplante hepático de bebé y lleva siete días internado por un cuadro de deshidratación en el Hospital. Este martes se encontraron en una sala de espera del Garrahan y jugaron durante media hora en la primera experiencia de terapia asistida con animales en el Hospital. “Me hace acordar a mi perrita Luna, que la extraño”, dijo Noah mientras acariciaba a la cachorra.

Las terapias asistidas con animales, que a partir de ahora se llevarán adelante en el Garrahan en encuentros programados cada 15 días, son una estrategia innovadora dentro de las iniciativas de humanización en el ámbito de la salud: diferentes estudios muestran que ayudan a reducir el dolor, la ansiedad y el estrés, y actúan como facilitadores de emociones positivas, mejorando las relaciones interpersonales con el equipo de salud y promoviendo el autocuidado.

“El ingreso de una niña, niño o adolescente a un hospital, especialmente en internaciones prolongadas, implica cierto aislamiento familiar, de sus amigos y sus mascotas, y predispone la alteración de las emociones de los pacientes, provoca déficit de atención, miedos, depresión y falta de interés”, justificó Patricia Bellani, directora de atención pediátrica.

La médica agregó que “desde el Garrahan trabajamos todos los días multidisciplinariamente para brindar excelencia en la calidad de atención centrada en los pacientes y buscamos satisfacer la experiencia de ellos y su entorno familiar cuidando de su salud física y mental”.

Del encuentro participaron además de Noah y su familia, la entrenadora Liz Marín González, de Escuela de Perro Guía Argentino, la directora de Atención al Paciente, Débora Mecikovsky y la responsable del área de Representante del Paciente, Silvia Pietanesi, quienes llevaron adelante la iniciativa. En el proyecto colaboraron también los servicios de Salud Mental, Clínica, Jurídicos, Infectología y el Bioterio.

“Incorporamos esta terapia como tratamiento complementario para ayudar a los niños a recuperarse más rápido, hacer más amena su estadía en el hospital y para que se adapten a los tratamientos que necesitan”, aseguró Mecikovsky y agregó: “Las terapias están especialmente dirigidas a pacientes con internación prolongada, tienen un enfoque lúdico y se realizan con perros debidamente cuidados y entrenados para promover su bienestar emocional y físico”.

La Escuela de Perro Guía Argentino funciona hace más de 10 años y entrena razas Labrador y Golden Retriever. Los animales tienen un estado sanitario controlado mediante carnet de vacunas, desparasitación y controles veterinarios periódicos. Se entrenan para socializar con el entorno y con otros animales para que pierdan el miedo y cumplan obediencias básicas tanto en los domicilios como en el trabajo formal en la calle.   

“Nuestro compromiso con la calidad se refleja en cada proceso, desde la gestación y el cuidado de los cachorros hasta su entrenamiento”, aseguraron desde la Escuela. “Cumplimos con la certificación Nacional de ANDIS y normas internacionales de la International Guide Dog Federation, garantizando la excelencia de los perros guía y los perros de asistencia”, concluyeron.

Beneficios de la terapia asistida con animales en personas hospitalizadas

Beneficios físicos: Mejora la psicomotricidad, los patrones de sueño y las alteraciones de la conducta alimentaria. Reduce la tensión arterial, los niveles de estrés y ansiedad. Promueve las salidas al exterior y la relajación.

Beneficios psíquicos: Reduce el miedo hacia lo desconocido, al dolor y al sufrimiento. Mejora la atención y concentración.

Beneficios sociales: Mejora la socialización, la comunicación y las relaciones. Incentiva la colaboración y el autocontrol, y reduce la agresividad.

También se consiguen beneficios emocionales, sensoriales y educacionales porque motiva a crear vínculos con familiares y amigos, mejora la confianza y la seguridad, aumenta la motivación para realizar nuevas tareas y evita la frustración.  

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *