La evaluación médica antes del inicio de clases es mucho más que una rutina para el colegio: previene y ayuda en la detección de enfermedades y aporta una mirada integral sobre el bienestar físico, mental y social de niñas, niños y adolescentes.
El comienzo del año escolar es una gran oportunidad para garantizar que niñas, niños y adolescentes inicien el año de forma saludable, en todos los aspectos que implica el bienestar en la salud: físico, mental y social. Los padres podrían tomar este momento como un trámite que deben cumplir ante las autoridades escolares pero, insisten los pediatras especialistas del Hospital Garrahan, se trata en realidad del momento del año dedicado particularmente a conocer la salud integral de los chicos.
Es una oportunidad para que el pediatra de cabecera pueda supervisar el carnet de vacunación, completarlo, y detectar problemas que puedan comprometer el aprendizaje durante el ciclo lectivo. Para ello, es fundamental que la visión y la audición sean normales y que sus capacidades para aprender sean las adecuadas. El pediatra evaluará estas variantes antes del inicio de las clases, preferentemente, y sabrá si la niña, el niño o adolescente se están desarrollando en forma integral, o si requieren estudiar algún otro aspecto.
Más allá de los exámenes de la salud física, el control pediátrico debe tomar en cuenta todos los aspectos de la salud del niño. En este sentido, la coordinadora de Atención Ambulatoria del Hospital, Patricia García Arrigoni, detalla que es en esta consulta pediátrica donde deberían realizarse estas acciones: Confeccionar un “día de vida” del niño que incluya hábitos alimentarios, horas de juego, horas de sueño, horas de presencia ante pantallas, horas de tarea. Una rutina que ayude al ordenamiento de la alimentación y la vida escolar.
“La medicina evolucionó en los últimos tiempos. Primero se centró en la enfermedad, después se centró en el paciente, luego en el paciente y su familia. Hoy se agrega el entorno, el desarrollo y la funcionalidad en la vida cotidiana: es decir, en la casa, en la escuela, en la sociedad y en su tiempo de distención o juego”, explica el pediatra Marcelo Andrade, jefe de clínica de Consultorios Externos del Garrahan.
Andrade destacó el hecho de que el buen rendimiento escolar de un niño y adolescente puede ser, en parte, un buen indicador de buena salud. “Un chico que no alcanza los objetivos escolares debería ser evaluado por su pediatra de cabecera”, argumenta Andrade y explica que el pediatra es distinto a un médico de adultos y evalúa al niño en todos los aspectos de su vida, puede trabajar en conjunto con el colegio y ser quien detecte algún signo a prestar atención en el niño.
“Muchas veces es el pediatra quien en la consulta, además de evaluar al paciente, habla con los padres sobre nutrición o cómo abordar ciertos conflictos en la crianza. El inicio de clases entonces aparece como ese momento donde padres y pediatra se toman el tiempo para evaluar el desarrollo completo del niño”, afirma García Arrigoni al hablar sobre la salud y la escolaridad en la infancia y adolescencia.
1/03/2018 – Hospital de Pediatría Garrahan