Por Lucía Ferreri Ochoa
A paso firme, las mujeres vienen ganando terreno dentro y fuera de las canchas de nuestro país. Las voces de Viviana Vila, Macarena Sánchez y Luciana Gargini.
Como una ola imposible de contener, el feminismo avanza escabulléndose por los recovecos de estructuras arcaicas, gastadas y vetustas. Avanza transformando y renovando todo a su paso, cuestionando y desgastando los cimientos de esas estructuras.
El fútbol -uno de los ámbitos más machistas y patriarcales de nuestra sociedad- no es la excepción en ese proceso. En una disciplina en la cual durante décadas la mujer fue concebida como una figura decorativa, mientras su voz era acallada y su práctica invisibilizada, hoy son miles las deportistas y periodistas que se atreven a discutir el status quo.
Actualmente, el fútbol femenino argentino vive una profunda crisis institucional. A poco más de cuatro meses del Mundial de Francia, el presidente de la Comisión de Fútbol Femenino de la AFA, Ricardo Pinela, presentó su renuncia al cargo y hasta el momento no hay un o una reemplazante. En este punto, la inclusión del artículo femenino no es casual: quizás haya llegado el momento de que sean las mujeres quienes tomen sus propias decisiones.
La crisis institucional se replica también en los clubes, los cuales se siguen negando a sacar al fútbol femenino de la sombra del amateurismo. Este punto se traduce en la vulnerabilidad de la situación laboral de las jugadoras, quienes sufren el abuso producto de la desregulación de esta disciplina.
Macarena Sánchez Jeanney tiene 27 años y es santafesina. Es delantera y desde 2012 jugaba en la UAI Urquiza, club que compite en la Primera División del fútbol argentino y con el que alcanzó el tercer puesto en la Copa Libertadores de América de 2015. El 21 de enero publicó en su cuenta de la red social Twitter un comunicado anunciando que ya no forma parte del club de Villa Lynch debido a una decisión unilateral y sin previo aviso de la institución. Esto significa que Macarena no podrá ficharse en otro equipo hasta dentro de seis meses, quedando desempleada y con su carrera interrumpida. Sin embargo, Sánchez no se resigna y, fiel al estilo contestatario y transgresor que demuestra en las redes y en las canchas, se pronunció públicamente e intimó a la UAI a regularizar la situación.
Si bien el comunicado tuvo una repercusión masiva en el mundo del fútbol, la jugadora informó que hasta el momento no tuvo una respuesta del club, aunque recibió el respaldo de numerosas referentes y colectivos feministas.
En ese sentido, la jugadora destacó el rol de este movimiento en el ámbito deportivo: “Creo que el feminismo fue relevante y generó cambios en el fútbol porque ellas nos mostraron que había que plantarse, luchar por nuestros derechos y comprometerse con un montón de causas en las que las mujeres estaban siendo vulneradas”.
“Como futbolistas nosotras vivimos muchas veces discriminación y estamos atravesadas por un ambiente que es sumamente machista, entonces el movimiento feminista nos ayudó y nos acompañó muchísimo”, agregó, al tiempo que aseguró que “mujeres futbolistas hubo siempre, el feminismo ayudó a visibilizarlas”.
Luciana “Luty” Gargini, peronista, futbolera y fanática de River Plate es una de las impulsoras del “Picado Nacional y Popular Femenino” y el “Picado Evita Capitana”. Respecto a la primera iniciativa, Luty explicó que “era un espacio en el que muchas mujeres nos juntábamos a jugar al fútbol y después nos quedábamos debatiendo de política y eso con el tiempo derivó en algunas acciones militantes y jornadas solidarias”.
“Creemos en el fútbol como un espacio a ganar y también como una herramienta de lucha en las cuestiones de igualdad. Es importantísima la participación de las mujeres”, destacó Gargini.
“No es algo de ahora, viene ya desde hace tiempo, pero como muchos espacios que se presupone que son de los hombres, no está tan visibilizado. Claramente las puertas no se abren fácilmente pero es importante que la participación empiece a ser más activa para conservar los espacios que se han conquistado y para ganar más porque el fútbol es un derecho. Ayuda a fomentar valores, a tender redes y es parte de la construcción social, entonces poder ejercerlo dentro de la cancha o fuera, como entrenadoras o en un lugar de toma de decisiones políticas es una lucha que tenemos que dar” señaló.
Asimismo, resaltó que “el fútbol está dentro de nuestro entramado social, entonces si las mujeres y nuestra voz no están representadas no es un reflejo real de nuestra sociedad”.
Viviana Vila es platense, estudió periodismo en la universidad pública de esa ciudad y fue en Rusia 2018 la primera mujer en la historia en comentar un Mundial por TV. Es una de las profesionales más respetadas por su trayectoria como parte de numerosas transmisiones en el fútbol argentino y reconoce a Victor Hugo Morales como artífice necesario de su llegada a ese ámbito. En ese sentido, destaca la apertura del charrúa, a quien define como feminista y señala: “Yo pasé por formatos como Fútbol para Todos donde yo decía algo y era como ‘bueno, lo dijo una mujer. Victor Hugo, en cambio, jamás dudó de lo que yo decía”.
Al analizar sus años de carrera en el mundo del fútbol dice que vivió numerosas situaciones de desigualdad y maltrato por su condición de mujer. “Yo naturalicé cosas que hoy no me bancaría. Estaba muy sola, hoy estamos en otra sintonía: nos acompañamos y nos bancamos entre nosotras”.
“Yo para no faltar, hace 14 años, le daba al nene la teta en la cancha mientras hacía la técnica y nadie me ayudaba. Cuando iba embarazada con la valija para hacer las conexiones le tuve que pedir a mí marido que me acompañe porque no podía subir las escaleras y decían que yo tenía una credencial para pasar gratis a la cancha”, recuerda Vila. “En ese entonces no existía Twitter y lo denuncié en mi círculo íntimo pero no me dieron mucha bola. Esos tipos que me maltrataron hoy se cuidarían”.
Respecto a la situación que vive el fútbol femenino desde lo institucional, Vila se mantiene cauta respecto a los avances que puedan producirse y el carácter genuino de los cambios. “Hasta hace unos meses no tenían donde entrenar ni usaban las pelotas y las camisetas correspondientes. Ahora está habiendo repercusiones porque por suerte calificaron para el mundial pero hay que ver una vez que termine qué pasa con ellas. No es lo mismo Tapia que Grondona, hoy hay una Conmebol y una FIFA que te están diciendo que tiene que haber fútbol femenino. Yo no sé qué piensa verdaderamente Tapia pero lo que sé es que en lo que decida, las va a tener que incluir”, reflexiona la comunicadora.
Por otra parte, la comunicadora destaca la organización de las mujeres y asegura que “si no hubiese habido un colectivo en marcha no habría crecido nada de todo esto”.
Mientras las mujeres siguen conquistando lugares, son muchas las desigualdades que aún persisten en el fútbol. Un tuit de Macarena Sánchez convocando a jugadoras a narrar lassituaciones de violencia y discriminación que hubieran vivido recogió hasta el momento 234 respuestas con distintos testimonios. Equipos que juegan con la indumentaria desechada por la formación masculina, canchas reservadas solamente para los hombres y clubes que no se hacen cargo de las lesiones de las futbolistas son algunas de las denuncias que se repiten una y otra vez. Sin embargo, algo ya no es lo mismo: la respuesta ya no es individual sino colectiva. Los dirigentes tienen ahora una oportunidad histórica de crear un fútbol profesional inclusivo e igualitario.