Info. 10 consejos para acompañar desde la familia a pacientes con demencia

Padres envejecidos, hijos en conflicto

 

 10 consejos para acompañar desde la

familia a pacientes con demencia

Con el paso del tiempo nos vemos en la necesidad de enfrentar situaciones complejas y desconocidas, la vejez y el deterioro irrumpen en las estructuras familiares. Actualmente,  un tema que sacude los cimientos familiares y que está en aumento es la demencia. Según un estudio sanitario publicado en la revista The Lancet Public Health en las próximas tres décadas, el número de casos de demencia en el mundo podría casi triplicarse. Unos 153 millones de personas podrían vivir con demencia en 2050, frente a los 57 millones de 2019, debido principalmente al crecimiento y envejecimiento de la población.

 

Para abordar esta tematica es importante aclarar que lo que conocemos como demencia senil en sí mismo no existe, ya que esta expresión alude a que una persona puede o desarrolla una demencia solo por el paso del tiempo y eso no es así. De hecho, un informe de la Comisión Lancet publicado el año pasado sugiere que hasta el 40 % de los casos de demencia podrían evitarse o retrasarse si se eliminaran 12 factores de riesgo conocidos: la hipertensión arterial, la pérdida de audición, la depresión, la inactividad física, la diabetes, el aislamiento social, el consumo excesivo de alcohol, los traumatismos craneales y la contaminación atmosférica.

 

La demencia como patología no aparece en una única presentación, las hay de distintas causas e incluso se diferencian por la manifestación de los síntomas y la historia clínica previa. Solo para citar algunas sin ahondar en ellas existen: Demencia tipo Alzheimer, Demencia Vascular, Demencia mixta, Demencia por cuerpos de Lewy, Demencia frontotemporal, entre otras. Dicho esto, y al haber tanta cantidad de tipo de demencias, es  muy importante contar con un diagnóstico correcto para poder enfrentar estas situaciones de la mejor manera posible,  ya que no todas se abordan de la misma manera.

 

Una vez que se recibe el diagnóstico adecuado, es clave que la persona afectada y su entorno comiencen a recibir un acompañamiento en el tiempo, que los ayude a comprender los problemas conductuales, los cambios en el carácter, las dificultades que el mismo proceso de enfermedad conlleva y que son únicos en cada caso, porque hay que saber que es una patología sobre una personalidad existente. No hay dos casos iguales, cada persona lo vivirá a su manera con sus recursos y con sus debilidades. Padecer este tipo de patologías no inhibe a la personas de experimentar distintas emociones, sensaciones y sentimientos y esto comenzará a manifestarse. El proceso que se empezará a vivir es el de “la coherencia dentro de la incoherencia”

 

En este contexto, de aceleración de la demencia en la sociedad, la lic. en Gerontología de Los Pinos, Graciela Spinelli acerca los 10 aspectos clave para acompañar desde la familia a pacientes con esta patología:

 

  1. Conciencia de la enfermedad: Es fundamental que tanto la persona afectada como su familia reconozcan y comprendan la enfermedad para poder abordarla adecuadamente.

  2. Escucha empática: Proporcionar espacios donde las personas afectadas y sus familias se sientan escuchadas, respetadas y comprendidas es crucial para brindar apoyo emocional.

  3. Validación de sentimientos: Reconocer y validar los sentimientos de todas las partes involucradas, lo que puede ayudar a disminuir la negación y el enojo.

  4. Atención a las necesidades subyacentes: Es importante comprender que los comportamientos problemáticos pueden ser una forma de comunicar necesidades no satisfechas, como dolor, incomodidad o necesidad de afecto.

  5. Diferenciar conducta de sentimiento: Entender la diferencia entre el comportamiento observable y los sentimientos subyacentes puede ayudar a abordar los problemas conductuales de manera más efectiva.

  6. Comunicación abierta y profesional: Facilitar espacios para expresar miedos e incertidumbres, junto con la orientación profesional y la escucha compasiva, puede reducir la ansiedad y fortalecer los vínculos de confianza.

  7. Apoyo emocional constante: Reconocer que tanto la persona afectada como sus seres queridos pueden experimentar cambios emocionales durante el proceso y proporcionar un apoyo continuo y amoroso.

  8. Adaptación y flexibilidad: Aceptar que la persona afectada puede comportarse de manera diferente debido a la enfermedad y encontrar formas creativas de abordar los desafíos cotidianos.

  9. Valorar el humor: Utilizar el humor como una herramienta para aliviar la tensión y mejorar el estado de ánimo de todos los involucrados.

  10. Compromiso de acompañamiento: Reconocer que todos los involucrados están en este proceso juntos y comprometerse a brindar apoyo, comprensión y calma a lo largo del camino.

 

Enfrentar este tipo de situaciones no es fácil desde cualquier rol de la estructura familiar, cada uno será movilizado de diferente manera. Es de vital importancia comprender que habrá un cambio en la vinculación y que la clave está en construir un nueva forma de relacionarse desde sentimientos de calma, compasión y amor en la última y tan importante etapa de la vida.

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