Macri no es Allende: una respuesta a Carrió desde el socialismo chileno

Por Gonzalo Valderrama, desde Chile

En un nuevo aniversario del golpe que lo derrocó, la figura de Salvador Allende no deja de crecer en la memoria popular de la Patria Grande. Desde la militancia socialista chilena llega una respuesta a Carrió, que pretendió comparar al líder trasandino con el neoliberal argentino Macri.

En el discurso que el presidente Salvador Allende entregó al iniciar su mandato, en el mes de noviembre de 1970, se señala claramente el carácter soberano que tendría su proyecto: sería el pueblo, al fin hecho gobierno, el que asumiría la dirección de los destinos nacionales. Y en esa labor, lo que correspondía era decir basta. Basta a la explotación económica, a la desigualdad social y a la opresión política (1).

Y allí radica gran parte de la diferencia.

En efecto, cuando Elisa Carrió pretendió comparar al presidente Mauricio Macri con el presidente socialista –en el contexto de la profunda crisis económica que vive Argentina-, se olvidó de todos los puntos mencionados anteriormente, que grafican la enorme diferencia con que la historia juzgará el gobierno de uno y otro.

El proyecto que encabezó Salvador Allende fue un proyecto profundamente soberano, en donde la economía debía estar al servicio de las grandes mayorías para poder asegurar las necesidades básicas de la población, buscando autonomía a través de la nacionalización de las riquezas básicas y la estatización de los monopolios industriales y la banca comercial. Ejemplo paradigmático de este proceso es la llamada nacionalización del cobre, pasando a control estatal las grandes compañías norteamericanas que tenían el  dominio sobre el mineral. Así, fue un periodo de auge de los derechos sociales, en donde se aseguró medio litro de leche diario a cada niño del país, gratuidad en los útiles de la enseñanza básica, consultorios materno-infantiles en las poblaciones, entre muchísimas otras.

Sin embargo, la vía chilena al socialismo fue profundamente boicoteada, al ser uno de los principales enemigos del gobierno estadounidense, que quiso reventar la economía del país. Los propios documentos desclasificados de la CIA dan cuenta del financiamiento a la oposición, a las huelgas gremiales y al paro de los camioneros. Esto sin contar todos los recursos que pusieron a disposición de los partidos que le disputaron a la Unidad Popular  la elección de 1970, en la que finalmente fue electo Salvador Allende.

Además, los medios de comunicación también recibieron financiamiento extranjero, que utilizaron en una campaña de mentiras y deslegitimación sin ningún tipo de mesura contra el gobierno popular, campaña liderada por El Mercurio, de Agustín Edwards, que adoptó posiciones derechamente golpistas.

Estos fueron los costos que tuvo hacer política en favor de los más desposeídos.

El proyecto neoliberal que lidera Mauricio Macri es todo lo contrario. A los diferentes retrocesos en derechos sociales que se han vivido durante su gobierno, y que de hecho tienen movilizadas a las universidades en Argentina, se suman los préstamos que tuvieron que solicitar al Fondo Monetario Internacional por la depreciación de la moneda local, los que al venir acompañados de diferentes condiciones de austeridad para ser entregados, limitan la soberanía nacional a las directrices de un organismo externo, con inevitables injerencias en el diseño de las políticas económicas.

Ahora bien, estas políticas, que han significado un retroceso en la calidad de vida de miles de argentinos, han contado con el beneplácito explícito del gobierno estadounidense a través del presidente Trump, quién ha señalado en diversos medios el apoyo y la confianza en las medidas que se están llevando a cabo en el país, esto inclusive en medio de las conversaciones del gobierno argentino con el FMI.

Por último, este gobierno ha contado con el apoyo de los grandes medios de comunicación, los que al ver representados sus intereses en las diferentes políticas públicas que se llevan a cabo, defienden la labor presidencial, haciendo eco de diferentes noticias para tapar los agudos periodos de crisis que no se veían desde comienzos de siglo.

La diferencia entre uno y otro se muestra de manifiesto. Allende es y será recordado por las y los oprimidos, por defender los intereses de un pueblo y por pagar con su vida aquello. Macri será recordado por su proyecto neoliberal fracasado, a pesar de tener a los poderosos de siempre a su lado.

(1) Discurso del presidente Salvador Allende, Estadio Nacional, 5 de noviembre de 1970.

 

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