En lo que va del año, casi setecientos migrantes murieron en América Latina, y la cifra de fallecidos alcanzó el número más alto de los últimos seis años.
Las seiscientas treintaicuatro personas que perdieron la vida en busca de un presente y un futuro mejor fuera de su país hicieron que el 2019 se convirtiera en “el más mortal para los migrantes y refugiados” en territorio latinoamericano, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La mayoría de los decesos se dio en el Caribe, donde murieron ahogados más de cientos cincuenta y siete seres humanos.
Mediante la implementación del proyecto Migrantes Desaparecidos, la OIM contabiliza desde hace seis años los fallecimientos en las rutas migratorias de todo el mundo.
Desde 2014, sus registros indican que 33.984 personas murieron tratando de encontrar un lugar en el mundo donde puedan acceder a derechos humanos básicos como, por ejemplo, el acceso a una vivienda digna, trabajo, salud y educación.