La serie, que relata la historia de amor entre Claire Beauchamp y Jamie Fraser, fue renovada por una séptima temporada, al mismo tiempo que Netflix subía la quinta entrega a su plataforma. Las claves, aciertos y errores de esta ficción basada en la saga de novelas de la escritora Diana Gabaldon.
Por Marina Jiménez Conde
La quinta temporada de la serie Outlander, que cuenta la historia de amor entre Claire Beauchamp y Jamie Fraser, fue subida a Netflix. En paralelo al rodaje de su sexta entrega, se confirmó la renovación por una séptima temporada. Si tomamos en cuenta que está basada en la saga de novelas homónima, escrita por Diana Gabaldon, que va por el noveno libro, se puede especular con que habrá Outlander, al menos, por unos años más.
El personaje de Claire (Caitriona Balfe) viaja de forma misteriosa desde 1945 a 1743 para llegar a tierras escocesas, donde se enamora de un joven terrateniente llamado Jamie Fraser (Sam Heughan). Gabaldon ha puesto de esta manera la ciencia ficción al servicio del drama romántico. Si ya se conocían impedimentos de clase, de género, por cuestiones étnicas o religiosas o de lejanía espacial para que dos personas se pudieran amar, la escritora estadounidense agrega la lejanía temporal. Logra llevar al extremo la idea de choque de culturas con los mundos de los que provienen Claire y Jamie.
Aun así, una vez más, el mensaje es que el amor es más fuerte. Más allá de los otros condimentos que Outlander pueda tener a lo largo de sus, hasta ahora, cinco temporadas, el centro de atención siempre está en la pareja principal. Si bien es cierto que todo gira en torno a la idea del amor romántico y que Jamie muchas veces oficia de salvador de la dama en apuros, no es menos cierto afirmar que Claire no es el típico personaje femenino pasivo. De hecho, todo el tiempo está generando conflictos por defender valores, costumbres y creencias propias de su época.
La mayoría de las veces esa distancia entre épocas, que puede suponer un problema para la pareja, es superada porque Jamie termina cediendo ante la postura de Claire. Además, al tener información sobre el curso de la historia, es ella quien le dice qué posición debe adoptar en cada momento. Él confía en lo que ella le cuenta y se muestra atento a su palabra.
Otras pocas veces, sin embargo, esas diferencias conducen a peleas que se terminan salvando con alguna escena de sexo de reconciliación. Quizás, uno de los aspectos más cuestionables. La serie también ha introducido un nuevo modo de mostrar las relaciones sexuales. Los encuentros entre los protagonistas son uno de los condimentos característicos del show y no se muestran sólo durante las primeras veces, sino que se sostiene a lo largo de todas las temporadas. Cabe mencionar que la reciente Bridgerton ha copiado un poco este recurso, al que se le da mucho tiempo en escena,
Y ahí de nuevo, la actividad y el deseo sexual de Claire no son para nada pasivos. Se puede ver incluso, en el primer encuentro entre ambos, como es ella la que le enseña a él qué es lo que tiene que hacer, porque él es virgen. Salvo en películas como El Graduado, donde hay una marcada diferencia de edad, esto no se ha visto antes. Además, toda la escena está relatada desde el punto de vista de la mujer.
Con todo esto, Jamie de alguna manera es como un Noah en The Notebook, pero todavía un poco más idílico. Sin embargo, ¿Hasta qué punto esto no es una trampa para las mujeres que ven la representación de un hombre casi perfecto, cuando la realidad indica otra cosa? ¿Hasta qué punto la escucha? ¿El respeto, la confianza y la consideración que le tiene Jamie a Claire son la base para lograr vínculos más sanos?