Con Norita nos une un sentimiento profundo de orgullo y emoción por su compromiso y generosidad. Ella fue una destacada activista y defensora de los derechos humanos, quien desde el secuestro y la desaparición de su hijo Carlos Gustavo Cortiñas en 1977, por parte de la última dictadura cívico-militar, ha sido una voz incansable en la lucha por la verdad y la justicia, exigiendo que se esclarezca el destino de los desaparecidos y se castigue a los culpables.
A lo largo de su vida, no solo se dedicó a la lucha por los derechos humanos, sino que también extendió su voz y su militancia a múltiples causas sociales en Argentina y el mundo.
Nacida el 22 de marzo de 1930, Norita fue psicóloga social y profesora en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, siendo titular de la cátedra “Poder Económico y Derechos Humanos”.
Su vida fue, es y será un faro que nos renueva todos los días el compromiso y la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia.
Gracias, Norita, por tu lucha, tu valentía, tu dedicación y tu amor incondicional. �� |