Hace unos días hemos contado como a un pequeño empresario que había adquirido la franquicia del supermercado día le habrían pedido unos 40 mil dólares para habilitar su negocio en el distrito de Ituzaingó.
Ahora nos venimos a enterar que una vecina cercana a la autopista del oeste quiso habilitar una imprenta en su vivienda personal y al ir a pedir la habilitación, entre otras de las muchas trabas, le pidieron que en la puerta de su casa tenía que hacer un estacionamiento, cosa que es una locura invertir dicho dinero para un comercio que no es tan concurrido como lo es un supermercado o verdulería.
Ante tanta crisis y pedido de los políticos de inversión para que los municipios sean rentables, muchos de estos ponen trabas y muchas veces con poco ingenio, y el ejemplo más claro esta en tierras descalcistas.