Buenos Aires, Agosto de 2023 – La relevancia de las terapias e intervenciones asistidas con animales ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años debido a su capacidad única para ayudar a personas en diversas situaciones, como riesgo de exclusión social, diversidad funcional, problemas psicológicos, emocionales o psiquiátricos, y dificultades de aprendizaje, entre otras. Estas terapias han demostrado su eficacia en el tratamiento de trastornos como el estrés, la depresión, las crisis, la agresividad y la hiperactividad.
Una organización reconocida en este campo es Four Paws, una ONG dedicada al bienestar animal, que lleva años desarrollando un programa pionero en diferentes países de Europa del Este, pero que actualmente está teniendo especial relevancia en Ucrania, país que se encuentra en plena guerra tras la invasión rusa a principios de 2022. Allí, con su programa de Intervención Asistida con Animales (IAA), Four Paws ayuda a quienes regresan heridos o traumatizados psicológicamente de la zona de combate o a familias reubicadas que tuvieron que abandonar sus hogares y trasladarse al centro de Ucrania.
“Nuestros perros de terapia actúan como guías entre psicólogos y pacientes, creando una atmósfera de confianza y relajación. Su presencia ayuda a los pacientes a sentirse seguros y a abrirse, lo que es esencial para la comunicación y la rehabilitación”, explica Viktoriia Habryk, psicóloga práctica de FOUR PAWS.
La experiencia de FOUR PAWS en Ucrania es una prueba irrefutable de que la terapia asistida con animales puede ser una herramienta valiosa en la rehabilitación de pacientes que han sufrido heridas y traumas a causa de la guerra.
Más allá de Ucrania y la guerra
Además, estudios mundiales avalan su eficacia en diversos campos más allá de la guerra u otras situaciones excepcionales. Por ejemplo, según UCLA Health, en Estados Unidos, la interacción con animales libera hormonas como la oxitocina y la serotonina, que ayudan a relajarse y a bajar la tensión arterial.
Asimismo, una investigación publicada por Medical News Day y Mental Health America demostró que los pacientes con prótesis articulares totales necesitan un 50% menos de analgésicos cuando participan en una terapia canina. Incluso sólo 10 minutos de interacción con un animal pueden reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en estudiantes universitarios.
En el caso del trastorno del espectro autista (TEA), las terapias asistidas con animales mostraron mejoras significativas en el lenguaje, la comunicación y los comportamientos sociales. Una investigación realizada por la Universidad Purdue de West Lafayette (Indiana) revela que aproximadamente el 75% de los estudios evaluados informaron de mejoras en el lenguaje y la comunicación en personas con TEA que participaron en intervenciones asistidas con animales. Además, se ha observado un aumento del 54% en los comportamientos sociales de niños con autismo que participaron en programas basados en el aula.
“Seleccionando, adiestrando y certificando a los perros callejeros como perros de terapia, podemos demostrar que estos animales pueden convertirse en activos valiosos para la sociedad y superar los estigmas negativos asociados a los animales abandonados. Experiencias como la de Ucrania e investigaciones como la de la Universidad de Nueva York nos animan a esperar que cuanta más gente sepa lo geniales que pueden ser los perros callejeros, más querrá adoptar”, afirma James Pirnay, que dirige la unidad de Compromiso con la Comunidad Internacional de Animales de Compañía de FOUR PAWS.
Estos beneficios están avalados incluso por otros estudios fuera del ámbito terapéutico. Por ejemplo, uno realizado en 2020 por la Universidad de York, en plena pandemia de COVID-19, demostró los efectos positivos de la tenencia de mascotas en la salud mental durante el confinamiento: los autores preguntaron a miles de personas si su mascota les ayudaba a sobrellevar mejor el confinamiento y más del 90% respondió afirmativamente.
Lo que ocurre en Argentina y la región
En Argentina y otros países de América Latina también se han implementado programas de Terapia Asistida con Animales con resultados positivos. Por ejemplo, en la ciudad de Buenos Aires existe el Programa de Intervenciones Asistidas con Animales (IACA), que brinda atención a diversas poblaciones en situación de sufrimiento subjetivo, como enfermedades crónicas, problemas graves de salud mental y situaciones de vulnerabilidad psicosocial. En Paraná, un grupo de profesionales ha iniciado el proyecto Tacanino, que busca implementar actividades asistidas por perros y desarrollar terapias en la región. Otros lugares como Saladillo, Mar del Plata y Ushuaia también han incorporado terapias asistidas con animales en sus programas de rehabilitación y atención integral a diversas poblaciones.
En México, el Centro de Atención Integral (CAI) de Ciudad de México ofrece apoyo sanitario y servicios de salud mental a víctimas de tortura y violencia extrema. Aquí, la colaboración de Onnie, un perro de terapia adiestrado, junto con un psicólogo especializado en terapia asistida con perros, proporciona apoyo terapéutico a distintos grupos de personas, contribuyendo a su proceso de recuperación.
En Chile se han implantado programas de terapia asistida con perros en centros sanitarios y educativos. Estos programas han demostrado ser especialmente beneficiosos para niños con trastornos del desarrollo y problemas emocionales. La interacción con los perros no sólo mejora su bienestar emocional, sino que también estimula sus habilidades comunicativas y sociales.
Para James Pirnay, la creciente adopción de las Terapias e Intervenciones Asistidas con Animales en Latinoamérica refleja el reconocimiento de su valor terapéutico y su impacto positivo en la calidad de vida de las personas. “Estos programas no sólo proporcionan apoyo emocional y físico, sino que también promueven la inclusión, la rehabilitación y el desarrollo personal. A medida que el uso de animales en terapia continúe siendo investigado y promovido, se espera que estas prácticas continúen expandiéndose y beneficiando a un número cada vez mayor de individuos en la región”, explica Pirnay.
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Gabriela Fabrizio
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