Seamos sinceros, a nadie le gusta equivocarse: nos hace sentir incómodos, frustrados y un poco tontos. Pero si bien resulta obvio que es importante hacer las cosas bien, meter la pata no siempre es algo malo.
Desde el Jardín del Edén hasta el descubrimiento de América, equivocarnos puede traer consecuencias beneficiosas e inesperadas.
Aquí te presentamos 6 razones por las cuales equivocase puede ser bueno para ti:
1. Así es como aprendemos
Todos hemos escuchado el viejo adagio que dice que “uno aprende de sus errores”, pero el ensayo y error es realmente parte de cómo se desarrolla nuestro cerebro y nuestras habilidades.
Piensa en un bebé cuando aprende a caminar, o en un gimnasta perfeccionando su rutina.
Psicólogos de la Universidad del Estado de Michigan, en Estados Unidos, demostraron que para aprender de nuestros errores ayuda tener la sensación mental de que podemos crecer, o la creencia de que la inteligencia es algo en lo que podemos trabajar y desarrollar.
En un estudio con 123 niños, observaron que aquellos que pensaban que la inteligencia no era algo fijo prestaban más atención a sus errores y por ello aprendían más.
2. Consecuencias positivas inesperadas
No todos los errores tienen un lado positivo, pero muchos sí lo tienen. Si no, pregúntale a alguien que alguna vez haya encontrado dinero detrás del sofá cuando buscaba las llaves.
Errores cometidos por inventores han dado lugar a grandes descubrimientos incluido el microondas, el marcapasos y las pequeñas hojas de papel autoadhesivo conocidas por su marca, Post-it.
Si no fuera por un pequeño error cometido por el científico escocés Alexander Fleming en 1928, los últimos 90 años habrían sido muy diferentes.
Fleming descubrió la penicilina después de que una placa de Petri que dejó olvidada cuando se fue de vacaciones se contaminara con el hongo Penicillium chrysogenum.
Fleming notó que donde crecía el hongo, no crecía bacteria y esto lo llevó a desarrollar y producir penicilina.
Desde entonces, este antibiótico para combatir enfermedades ha servido para salvar millones de vidas.
3. Nos enseña quiénes somos
Cuando Oscar Wilde escribió que “la experiencia es el nombre que todos le dan a sus errores” dio en el clavo con algo muy importante: estropear las cosas es una parte crucial del aprendizaje sobre nosotros mismos y nuestra vida.
Falla en un examen importante y verás cómo lidias con la desilusión. Rompe accidentalmente una reliquia familiar preciada y aprenderás si puedes manejarte en una conversación incómoda.
O, si eres el predicador del siglo XIX William Miller, convence por error a miles de personas de que el fin del mundo es inminente y descubrirás si eres lo suficientemente valiente como para admitir tu equivocación.
En la mañana del 22 de octubre de 1844, Miller se encontró con miles de alterados discípulos cuando la segunda venida de Cristo que había prometido no se hizo realidad.
Pese a la furia y la burla, Miller admitió su error y publicó una “Apología y defensa” en la que decía: “Esperábamos la llegada de Cristo en ese momento, y ahora, decir que no estábamos equivocados es deshonesto”.
4. Puede liberarnos para perseguir nuestras metas
Theodore Roosevelt dijo: “El único hombre que no comete errores es el hombre que nunca hace nada”.
Mientras que el miedo al fracaso puede a veces hacer que no probemos cosas nuevas, aceptar nuestros errores como parte de la vida puede tener el efecto contrario, liberándonos para perseguir nuestros objetivos sin limitaciones.
5. Puede ayudarnos a clarificar cuáles son nuestras prioridades
En un discurso de graduación de la Universidad de Harvard, en 2008, JK Rowling describió cómo el sentir que había fracasado “a lo grande” a los veintitantos años —cuando su matrimonio se deshizo y vivía en la pobreza junto con su hija— la ayudó a tener éxito como escritora.
“Dejé de pretender ante mí misma que era otra cosa que lo que era, y empecé a dirigir toda mi energía a terminar el único trabajo que me importaba… Eso me liberó, porque mi mayor temor se había hecho realidad y yo aún estaba viva y todavía tenía una hija a la que adoraba, y tenía una vieja máquina de escribir y una gran idea”.
6. Puede hacernos reír… más tarde
Desde la “Comedia de las equivocaciones” de William Shakespeare hasta la serie “Fawlty Towers” con John Cleese, de los Monty Phyton, muchas de las comedias más populares están hechas en base a errores y malentendidos porque, cuando tomamos un poco de distancia, los errores pueden ser muy graciosos.
Así que aunque todavía te dé escozor recordar el momento en que te quedaste encerrado fuera de tu casa en pijamas, lo más probable es que, con el tiempo, se convierta en una anécdota graciosa.