Por Ana Villarreal (*).
“Tú me completas”, solía decirle el Guasón a Batman, en una acabada y exitosa demostración del maniqueísmo entre el bien y el mal, que ha transitado la historia de uno de los íconos más divulgados del capitalismo.
Mientras miles de militantes en el mundo, a principios de los sesenta del siglo XX, hallaban luz y decisión en la experiencia revolucionaria cubana, nacía Batman con su traje rojinegro para regir la justicia sobre la lobreguez de ciudad gótica. Batman cambió el color de su traje años más tarde, pero no sus mañas. Así, la criatura perturbada y oscura, pero, fundamentalmente, individualista, saltó de la historieta a todo tipo de formatos, que le imprimió la industria del entretenimiento del sistema.
Y es de la película, “Batman, el caballero de la noche“, la frase utilizada por un personaje de ciudad gótica, un fiscal que deviene en villano “en ningún momento hay más oscuridad que el segundo antes del amanecer”, la que fue usada por el presidente Mauricio Macri, en una entrevista radial, en el marco del Congreso de la Lengua, que se realizó en Córdoba, para referirse a la escalada del dólar en Argentina.
Parece ser que, tanto el presidente argentino, como el chileno, Sebastián Piñera y el estadounidense, Donald Trump, vieron el mismo film. Los tres coincidieron, en distintos momentos, en utilizar el atajo verbal de los villanos de la misma versión cinematográfica.
Batman, aparte, las expresiones del presidente acerca de la lengua, originó señalamientos de repudio de asociaciones de antropólogos e intelectuales. La confusión verbal y conceptual de Macri no fue el único indicio de opacidad intelectual. A su turno, el Rey de España rebautizó a Borges como José Luis. Aunque esto, tal vez, sea un asunto para ser escrito en el reino del revés, donde natura non presta lo que Salamanca non da.
(*) Periodista. Miembro de conducción de UTPBA.