ROBAR COMPULSIVAMENTE ES DE LADRONES

Especial por Ezequiel Roca Moreno.

En la nota que publicamos el 14 de enero pasado, al día siguiente del anuncio de la gobernadora María Eugenia Vidal del cierre de 3 casinos, no renovarle al grupo Codere la explotación del bingo Témperley, el llamado a licitación de 7 casinos y 3860 máquinas tragamonedas, anticipamos que informaríamos del escandaloso robo a los que son sometidos los apostadores que concurren a las diferentes salas de juego.

En aquella oportunidad la gobernadora sostuvo que, “en los últimos 2 años no se autorizó la instalación de nuevas tragamonedas”, anuncio que contradice la realidad, dado que, en el local de Bingo Morón (grupo Codere) se habilitaron alrededor de 140 nuevas terminales, que en la actualidad llegan alrededor de los 840 puestos de juego, que redujeron la superficie del salón de apuestas con cartones (bingo tradicional) para inaugurar en el espacio ganado un salón vip donde instalarían 60 nuevas máquinas para apuestas de un peso y cinco pesos por cada crédito apostado. La modificaciones internas comenzaron en noviembre, el nuevo lugar sería habilitado en enero pero hasta el momento las tragaperras no se instalaron y el espacio no fué ocupado. Fuentes consultadas sostienen que de no autorizarles poner más máquinas redistribuirán las que tienen a efectos de concretar el salón para jugadas de mayor monto.
La cantidad de máquinas instaladas por Codere y otros grupos de operadores creció en los dos últimos años aunque María Eugenia Vidal dijera lo contrario. La página oficial e internacional del grupo español informa que, “en 2016 aumentaron un 2,2 % la cantidad de nuevas terminales de juego, que Codere obtiene una rentabilidad por máquina mucho mayor que las empresas de la competencia y que se convirtió en el operador líder en Italia, México y en la provincia de Buenos Aires”.

A partir de 2013 modificaron programas para obtener mayores ganancias

A medida que fueron pasando los años los grupos empresariales del juego fueron modificando los programas de apuestas, aumentaron el valor de los créditos apostados, redujeron el monto de los premios, las combinaciones de las jugadas entre letras, números, figuras, el beneficio de arrojar el comodín (wild) a efectos de obtener premios a través de combinaciones, la periodicidad de lanzar el bonus para lograr partidas gratis y la repetición de éste mientras está en ejecución, por lo tanto, una máquina que brindaba 8 jugadas sin cargo en la reiteración podía repetirlos en igual cantidad (8 más), dobles o triples (16, 24, 32, 48, ó 64 más) que aumentaban los primeros arrojados.

Aumentos en el valor de créditos apostados

Entre 2016 y 2017 aumentaron el valor de las apuestas, en la actualidad son muy pocas las máquinas con créditos de $ 0,02 y $ 0,05, los han elevado a: $ 0,10, $ 0,20, $ 0,25, $ 0,50 y $ 1,00.
a) El jugador que apostaba 500 créditos de $ 0,02 en cada jugada arriesgaba $ 10,00, ahora por la misma cantidad de créditos al valor de $ 0,05 arriesga $ 25,00, o sea que le aumentaron el 150 %, índice que supera largamente la inflación de los dos últimos años que fueron de alrededor del 65 %;
b) En una máquina en la que un jugador apostaba 500 créditos de $ 0,02 (apuesta de $ 10,00) podía lograr un premio de $ 3.000 en una jugada normal, fuera de las jugadas gratis dentro del bonus, hoy con mucha suerte y con valor del crédito a $ 0,05 puede recibir alrededor $ 2.500;
c) Actualmente hay máquinas que tardan varias horas para arrojar el bonus. En los primeros meses del año pasado un jugador comenzó sus apuestas a las 23 horas en la máquina 100 Pands en Bingo Morón y el bonus se lo tiró a las 3.45 horas del día siguiente, o sea que debió esperar casi 5 horas para obtenerlo, y, lo más triste que el premio no superó los $ 100 luego de ir perdiendo alrededor de $ 2.000. El cliente le transmitió la irregularidad a quien estaba como jefa de sala del horario nocturno y recibió como respuesta, “el problema es de lotería, ahí es donde debe quejarse…”

Millonaria recaudación e insignificantes premios

A través de los años y las consultas realizadas sobre el porcentaje de pagos en premios las respuestas siempre fueron iguales, pero difieren de la realidad:
1) Que del total apostado devolvían el 70 %, hoy esa cifra es totalmente falsa;
2) Preguntados gerentes y jefes de salas de distintos bingos -que pidieron reserva de sus identidades-,  respondieron, “las máquinas pagan entre el 70/75 % de lo apostado, pero los premios rejugados los consideran pagados…” En consecuencia, y a nuestro criterio, las respuestas indican que cuando los apostadores rejuegan los premios no son tomados como efectivo. Nunca se informó ésta realidad a los jugadores de parte de los grupos empresariales del juego, tampoco del IPLyC (Instituto Provincial de Lotería y Casinos de la Provincia de Buenos Aires) ni de los organismos de las loterías provinciales, o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires;
3) Investigaciones efectuadas durante largos meses, observando y analizando terminales de juego,  ratificado por técnicos y especialistas de la actividad nos indicaron que las tragamonedas acumulan el 1% de las apuestas para pagar premios;
4) Lo transcripto en el párrafo anterior y la foto que adjuntamos de “88 Fortune” con el progresivo más alto en $ 369.491,55 y que inicia el mismo en $ 100 mil, recibió un mínimo total de apuestas de $ 26.949.155, a lo largo de aproximadamente 25 a 30 días en funciones. Decimos un mínimo de apuestas porque hasta que alguna persona obtiene el progresivo mayor adjudica otros cuatro progresivos menores;
5) La “88 Fortune” es una tragamoneda que juega en línea junto a 12 ó 6 terminales idénticas, lo que significa que pueden participar la misma o menor cantidad de apostadores al mismo tiempo y sus apuestas engrosan un fondo común;
6) En virtud de lo detallado en 5) si dividimos el total de apuestas recibidas por la “88 Fortune” en 25 días nos muestra que cada terminal recibió en promedio alrededor de $ 89.830 diarios;
7) La máquina “Clostermanía 2” con apuestas de 60, 120, 180, 240 y 300 créditos a valor de $ 0,05 cada uno, que tiene tres progresivos, cuyo premio mayor lo inicia con $ 2.500 y lo paga cuando alcanza los $ 11.000 aproximadamente, por lo tanto, cada $ 100 apostados acumula $ 1,6666 que distribuye para cada uno de los premios a pagar;
8) Los ejemplos que mencionamos demuestran que la recaudación diaria promedio de cada tragamoneda en el conurbano, los centros turísticos y de la ciudad de Buenos Aires estaría por encima de lo que informan los responsables de las salas cuando sostienen que gira en el órden de los $ 4.000 a $ 5.000, la verdad que es superior y estaría entre los $ 8.000 a $ 10.000.-

Los jugadores reclaman controles del estado

Los apostadores se quejan por el robo permanente al que son sometidos, transmiten su malestar a los responsables de las salas, a los cambistas, a los cajeros, a las integrantes de las relaciones públicas, incluso al personal gastronómico, escuchan sus broncas, les piden disculpas y comentan que ellos nada pueden hacer para modificar los programas de las tragaperras, que son decisiones  que deben instrumentar los directivos  superiores.
Cuando alguien recorre los salones o entabla diálogos con jugadores éstos se preguntan porqué nunca realizan inspecciones directas en las tragamonedas desde los organismos que deben controlarlas, o dejan caer insultos contra los empresarios y autoridades ante el despojo de “meterles las manos en el bolsillo”. Cuando se requiere a un gerente o jefe de turno sobre ésta situación la contestación es, “pasan, usted no los habrá visto, además por los sistemas online conocen perfectamente el comportamiento de cada terminal… Nadie lo llama, es un lugar para divertirse y pasar un buen momento…” Ciertas respuestas no son apropiadas ante las exacciones fraudulentas que soportan los clientes.
Para la persona que juega seguido la diversión pasa por ganar, si pierde considera que debería ser un porcentaje adecuado, no perdiendo todo el importe jugado.
Todo apostador debería saber que si las máquinas no pagan tendrían que retirarse a tiempo, pero diferentes circunstancias quizás los llevan a persistir en imposibles, o por considerar que la permanencia de tiempo y apuestas pueden vencer a los programas a los que se enfrentan.

Todos los apostadores no son ludópatas

Existe un concepto equivocado que todos los que apuestan son ludópatas, grueso error, hay diferentes calificaciones en los que se deben agrupar a los concurrentes de los salones de juego:
– Personas solas que asisten en ciertas ocasiones para distraerse unas horas, que apuestan, tratan de ganar y se retiran cuando consideran que cubrieron parte de su tiempo libre;
– Jubilados que cuando cobran sus haberes y teniendo compromisos buscan ganar algunos pesos para poder pagar los mismos porque lo percibido no les alcanza. En excepcionales ocasiones logran su objetivo, la mayoría de las veces pierden todo lo que llevan creándoles serios perjuicios de subsistencia;
– Personas que tratan de evadirse de situaciones personales para olvidar durante un lapso el momento que atraviesan;
– Matrimonios, parejas de novios o grupos de amigos para conocer, pasar un rato, divertirse y realizar algunas apuestas tratando de ganar algo o perder lo menos posible para no sentirse culpables de la incursión;
– Los verdaderos ludópatas que sufren la enfermedad, arriesgan sus patrimonios, ponen en riesgo sus trabajos, grupos familiares, pierden, contraen nuevas deudas a las que tienen, y, en casos extremos llegaron a suicidarse;
– Lavadores de dinero y ladrones para blanquear importantes sumas no declaradas u obtenidas en turbias maniobras.
Las situaciones descriptas no son responsabilidades de los grupos empresariales, ellos no las contemplan porque su único e importante fin es obtener pingües ganancias en el menor tiempo posible sin reparar a quienes perjudican. No tienen sensibilidad social.

 

El juego sólo debe organizarlo, controlarlo y estar en manos del estado

De acuerdo a las leyes, sus modificaciones posteriores y las reglamentaciones vigentes los bingos y casinos deben ser explotados únicamente por los organismos del estado en ciudades dedicadas al turismo. Las excepciones en los lugares para su ubicación y explotación comenzaron en el gobierno de Carlos Menem y continuaron con el kirchnerismo.
Durante esos años aumentaron la cantidad de salas de tragamonedas, agencias de apuestas hípicas con pantallas que transmiten las carreras en directo como la ubicada en Balbín 1035, Morón, donde la habilitación otorgada en noviembre de 2014 durante la gestión del ex jefe comunal Lucas Ghi es por rubros que ocultan la verdadera explotación comercial, no respetando la distancia mínima que la debe separar del jardín de infantes N° 909, estatal,  establecimiento educativo que funciona con anterioridad a escasos metros, sobre la misma vereda en el N° 1009, y sin haber sido tratado el expediente en el Concejo Deliberante. El intendente Ramiro Tagliaferro está informado de la violación al COU (Código de Ordenamiento Urbano) y la leyes, pero, no intimó a los titulares para trasladarlo a otro lugar o efectivizar su clausura. Asimismo, en la década pasada se permitió la apertura  más de una sala de bingo por distrito como en La Matanza (habilitadas las de Ramos Mejía, San Justo y Lomas del Mirador).
Por todo lo desarrollado, y a efectos de combatir la ludopatía, rescatando la opinión de abogados, juristas, docentes, médicos, técnicos y profesionales especializados en juegos de azar para evitar la continuidad y proliferación de la actividad que incrementa la enfermedad, sería conveniente que la gobernadora María Eugenia Vidal desechara la idea de llamar a nuevas licitaciones para privatizar los 7 casinos y las 3860 tragamonedas por el término de 20 años.
El lapso para su adjudicación es demasiado largo, abarcaría 5 ó más gobiernos provinciales, sería propicio para que se desatara una feroz puja entre los grupos empresarios con el objeto de quedarse con los más grandes y de las ciudades más importantes, o que entre ellos constituyan sociedades con amigos o familiares de funcionarios para continuar aumentando sus ingresos y los de sus herederos.
En el análisis de los párrafos anteriores no se descarta que la corrupción esté presente por ambiciones económicas y que formarían parte de la conocida definición que conocemos: “El juego es fuente de la recaudación oculta de partidos políticos, de sus dirigentes y de funcionarios inescrupulosos…”
Es imprescindible remarcar que existen conductas intachables de referentes politicos y funcionarios que privilegian el bienestar de los ciudadanos, colaboran a través de sus ayudas con instituciones sin fines de lucro que benefician a éstas y al país.
En consecuencia, la organización, control y explotación a cargo exclusivamente del estado logra mayores recursos para éste, mantiene las fuentes de trabajo y evita las transferencias de divisas que los grandes sectores empresariales giran al exterior.
En futuras notas mencionaremos los más importantes grupos que explotan y administran salas, la cantidad de maquinas por provincia, en todo el país y quienes no pagan el impuesto a las ganancias por haber presentado recursos en la justicia.
18/02/2018 – Ezequiel Roca Moreno

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