La relación que unió a Astor Piazzolla con el Cine

Un recordatorio del gran maestro a los 100 años de su nacimiento                    (11 de marzo de 1921-4 de julio de 1992)

Un canillita vocea …diario, diariooo…!!! Un niño que vende el diario por las calles se ve en una escena de la anteúltima película de Carlos Gardel  “El día que me quieras” (1935) la tercera de la serie de películas estadounidenses.

El Zorzal Criollo estaba en Norteamérica cumpliendo un contrato con la Paramount, pero su desconocimiento del idioma y del lugar donde estaba y un hecho no tan casual, término que nada menos que Astor Piazzolla sea lazarillo de éste. Y ese vínculo provocó que Piazzolla vendiera diarios en la película. No fue su primer contacto con el tango, pues en su casa de emigrantes argentinos se escuchaba mucho, fue su padre, en aquel momento quien le regalo su primer bandoneón, pero si lo fue con el Cine.

Hablar de lo que fue ese canillita cuando grande, más que en estos días recordamos los 100 años de su nacimiento, motiva que mucho se escriba y se hable de él. Entonces “Hablemos de Cine”, de lo hecho para el 7mo arte por este  enorme y excelente compositor.

Como compositor se agrupan principalmente temas de tango o neotango (como también se lo titula), música de cámara, jazz fusión, suites y “María de Buenos Aires” que se estrenó  en 1968 en Argentina, una ópera-tango, primera en su tipo, con el libreto de Horacio Ferrer. Es importante resaltar que a lo largo de su vida llegó a componer muchas obras, que son aclamadas.

Dos grupos nos facilitan identificar su relación con la cinematografía, sus obras compuestas como bandas sonoras y los temas de su larga lista de composiciones utilizadas en películas.

Bandas sonoras e incidental

Compuso para directores latinoamericanos como europeos y entre 1949 y 1987, son 44 las bandas sonoras. Variando los estilos, la tendencia de acuerdo a lo requerido por cada uno de ellos. Comienza en nuestro país con el director Carlos Torres Ríos (hermano de Leopoldo Torres Ríos y como tal tío de Leopoldo Torre Nilsson) con dos películas, en 1949 con un film comercial de tema futbolístico llamado “Con los mismos colores “, en 1950 también compone esta vez, para una sobre automovilismo “Bólidos de acero”.

 

 

 

 

 

 

 

En la década del 50 surge un cambio de actitud e interés por los directores y productores, en la calidad y composición de temas musicales para sus cintas. Se invierte más dinero en lo tecnológico y en lo artístico, por ejemplo se forman  grandes orquestas para algunas de las películas. Es en este momento que tres grandes jóvenes viajan en pos de perfeccionarse a Europa y Estados unidos: Lalo SchiSfrin, Waldo de los Ríos y Astor Piazzolla, es evidente que lo que faltaba seriamente es lo técnico.

Al fin de esta época, momento de gran importancia en la música cinematográfica argentina, que Piazzolla desarrolla todo un estilo adelantando el proclamado tema “Adiós Nonino” escrito para “Sucedió en Buenos Aires” (1954) dirigida por Enrique Cahen Salaberry.

Entre 1956 y 1969 se destacan sus trabajos junto a Fernando Ayala un realizador con más de 30 películas como director y una veintena como productor que marcaron una época de esta industria, que supo ensamblar la cinematografía clásica argentina y la llegada del Nuevo Cine. Juntos realizan siete films, com o la interesante “Los tallos amargos” (1956), «Sábado a la noche Cine” (1960), «Paula Cautiva” (1963), «Con gusto a rabia” (1965), «La fiaca» (1969).

  

Hablando del Nuevo Cine es con uno de sus principales realizadores David José Kohon que compone e interpreta  su Octeto para su ópera prima “Prisioneros de una noche” (1959).

En 1961 le pone música a “Quinto año nacional” (1961) dirigida por Rodolfo Blasco, versión cinematográfica de una serie televisiva de éxito. Primera composición para cine de su Quinteto, formado también para esa época. Otra cosa que le sucede por primera vez, es que por el éxito de la serie y su música se edita un disco para su venta comercial.

Comienzan los contactos con Europa, con una coproducción hispano-argentina “Las locas del conventillo” (1966), que en España se estrenó bajo el título “María y la otra” con la producción de Benito Perojo y dirigida por Fernando Ayala, en los títulos iniciales de fondo de unas ilustraciones que introducen a la historia de la cinta, suena la canción principal una milonga “Milonga María y la otra” y en la música del resto se escuchan tangos “El Fiaca” y “Íntimo cotorro” las tres de Piazzolla, por Argentina y Habanera y Zortziko de Arozamena y Garcia Segura por España.

Se fortalecen los contactos con otra comedia coproducción de Argentina y España dirigida por Luis García Berlanga “Las pirañas” (1967). También hay una práctica con el Cine experimental Pulsación (1969), el pintor uruguayo Carlos Páez Vilaró, una verdadera experiencia vanguardista, con música de su Quinteto al que le agrega un saxofón (banda de sonora editada en un LP).

En 1970 le pone la música a “Con alma y vida” (1970) de David José Kohon, un interesante drama pasional.

Lo volvemos a encontrar recién a partir del año 1974 momento que compone música para películas argentinas, junto  con países como Brasil, Italia y Francia.

Un suceso interesante: con la cinta “Último tango en París” (1972) dirigida por Bernardo Bertolucci. A pesar de que la banda sonora de este filme es de Gato Barbieri, Piazzolla escribió inicialmente un demo que al final no fue utilizado, se dice que, por una aparente diferencia de dinero. El tema inédito es un tango melancólico que muchos hubieran querido se incluyera en el soundtrack del filme.

Con ¿Qué es el otoño? (1977) se reencuentra la música de Piazzolla con Kohon, un drama existencial donde suenan excelentes canciones como “Zita”, o “Whisky”, que no solo son composiciones de primer nivel sino que además sirven para marcar esa melancolía y nostalgia tan propias del tango, que se une al personaje de una manera muy correcta creando un clima excelente.

Un momento de gran repercusión con una interesante lista de películas, con piezas compuestas para “Luna de miel” (1976) de la francesa Nadine Trintignant, Lumiere (1976) de Jeanne Moreau, única película de una de las estrellas representante de Nouvelle Vague. Dos canciones encontramos en “Excelentísimos cadáveres” (1976) dirigida por el heredero del Neorrealismo italiano Francesco Rosi: “Jeanne y Paul” y “El penúltimo”, ambas para quinteto. Para “La intrusa” (1979), polémica producción brasileña del argentino Carlos Hugo Christensen en la que se adaptaba un relato de Borges, Piazzolla compuso una extraordinaria banda sonora para quinteto que fue premiada en el Festival de Cine Brasileño de Gramado (Brasil). Gran repercusión tuvo también la música de la adaptación cinematográfica del drama de Pirandello Enrico IV (1984) dirigida por Marco Bellocchio (y protagonizada por Marcelo Mastroiani y Claudia Cardinale), cuyo tema principal “Oblivion” se ha convertido en uno de los clásicos.

En 1992 es utilizado como música incidental el tema “Milonga del Ángel”, en “Equinox” (1992).Película escrita y dirigida por Alan Rudolph. También es el caso “Suite Punta del Este” compuesta por Piazzolla para bandoneón y orquesta en “12 Monos “(1995). Largometraje de ciencia-ficción dirigido por Terry Gilliam.

Un aparte se merece la relación de Piazzolla con directores del Cine Político. Encontrándonos con “Llueve sobre Santiago” (1975), una película sobre los hechos de Chile en 1973, desde el ascenso al gobierno de Salvador Allende a su asesinato, del director Helvio Soto realizada en el exilio. En este film una mezcla por demás comprometida con lo mostrado, la música compuesta y utilizando temas tradicionales, hace una referencia ante el sentimiento trágico de sociedad ante la muerte y la desolación.

Y le damos una especial atención a Fernando Solanas, para quien realizó varias bandas sonoras: “El exilio de Gardel (Tangos)” (1986), “Sur” (1988).

En los años 70 se conocieron, aventurándose en la elaboración de un guion cinematográfico de una película cuyo título sería “Adiós Nonino”. El golpe militar del 76 obligó a muchos argentinos a irse del país Solanas estuvo entre ellos, malogrando el proyecto. Reencontrándose años después en Europa, originando ese reencuentro: «Tangos, El Exilio de Gardel» (1985) y «Sur»  (1987), dos de las mejores películas y gran final a la trayectoria como compositor cinematográfico de Piazzolla.

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